CÓD.N03-S08-04 ONLINE

Audios fake y Covid-19. Narrativas y estrategias retóricas en el contexto hispanoamericano

En los últimos sesenta años, el consumidor de medios occidental ha interactuado con una amplia gama de tecnologías de la información y la comunicación basadas en el sonido: los equipos domésticos para la escucha de música en vinilo, casete o discos compactos; el transistor, el reproductor de casetes del automóvil, el equipo de música personal (walkman y reproductor portátil de CDs) y, más recientemente, el reproductor mp3, el teléfono móvil y los altavoces inteligentes. La actual tecnología digital, que permite no solo la reproducción y el registro sino también la portabilidad de nuestras producciones sonoras favoritas, ha provocado que el audio se convierta en una herramienta social gracias, sobre todo, a las notas de voz de WhatsApp. Esta creciente audificación de nuestra experiencia mediática ha abierto la puerta a usos disfuncionales del lenguaje sonoro, como son la producción y distribución de desinformación en este formato. 

El análisis de la desinformación en forma de audio no ha gozado de especial relevancia en el campo de la investigación en comunicación. Para cubrir este déficit investigador, pretendemos dibujar un primer retrato-robot de la anatomía de los contenidos desinformativos producidos en formato sonoro (audios fake). El objetivo de este estudio es determinar cuáles son las narrativas más prominentes, los espacios de difusión más utilizados y las estrategias retóricas más destacadas en los audios fake sobre la Covid-19 en el contexto hispanoamericano. Para ello, se analizaron desde una perspectiva cuantitativa y cualitativa todos los audios sobre la pandemia propagados y verificados dentro del ámbito hispanohablante entre los meses de marzo y octubre de 2020, recogidos en la base de datos de la International Fact-Checking Network (IFCN).

Nuestros resultados muestran que los audios fake tienen una enorme capacidad para construir espacios de interacción mediática caracterizados por su privacidad. Esta característica se combina con la fortaleza de la invisibilidad del audio y el uso de la voz como vehículo esencial para transmitir historias personales y facilitar la percepción de cercanía entre emisores y oyentes. Esta cercanía activa la credibilidad de las historias, que se refuerza a partir de la facilidad de procesamiento cognitivo que estos audios presentan, al estar producidos de forma simple. Los audios fake, que se distribuyen mayoritariamente por WhatsApp, adoptan estrategias retóricas propias con el fin de reforzar su verosimilitud. La legitimación de las fuentes (des)informativas a través de la suplantación o la falsa atribución de los emisores, la presentación de los relatos como aparentemente insertos en conversaciones previas y la adopción de estratagemas para desactivar la acción de los verificadores son algunos de los mecanismos retóricos que estos audios utilizan. Estas estrategias se complementan con otras, como la mención a lugares reales y conocidos y la hibridación entre información verídica y datos/interpretaciones falsas. 

Palabras clave

audio Desinformación fake news infodemia Retórica

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Preguntas y comentarios al autor/es

Hay 11 comentarios en esta ponencia

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      Andrea Pérez Ruiz

      Comentó el 12/12/2020 a las 21:49:26

      Estimado David:

      Encantada de saludarle. Enhorabuena por la actualidad de su trabajo, me ha resultado muy atractivo. Me gustaría compartirle un par de reflexiones y preguntas al respecto.

      Coincido con su observación sobre la relación directamente proporcional entre la cantidad de audios de WhatsApp (unido al uso ya en sí predominante de la propia red social en nuestra comunicación interpersonal) y el número exponencial de audios fake. En mi opinión, es un caso muy esclarecedor de cómo la desinformación busca adaptarse continuamente al formato que más se acerque a nuestra experiencia mediática para ejercer una mayor influencia.

      Sin duda, esto invita a una reflexión sobre la intromisión de la falsedad hasta la esfera más íntima, generando ocasiones en que la ‘decodificación’ del bulo o la noticia falseada se produce en un contexto de relajación o confianza. Unido a esto: ¿diría que la estrategia de los audio fake seguiría un funcionamiento esencialmente pragmalingüístico?

      Y un último comentario: el audio da pie a la imaginación, autoestimulada ante la ausencia de imágenes. Franz Kafka, por ejemplo, opinó del cine que impedía la mirada porque sus imágenes “inundan la conciencia […] supone ponerle un uniforme a un ojo” ('Conversaciones con Kafka'. Destino: 2006). Mi segunda pregunta es: ¿Cree que esta ‘libertad’ o autonomía de lectura que permiten los audios, entendida como un rasgo del formato, podría actuar como un potencial del efecto manipulador del audio fake? Por ejemplo, al contar quizá el individuo con la posibilidad de elaborar él mismo una ‘trama de facticidad’ (Tuchman, Gaye: 1999) en base a menos elementos de los que ofrece el audiovisual o, dicho de otro modo, al tener un margen más amplio para reconstruir mentalmente ‘los hechos’ que rodean el relato.

      Muchas gracias y reitero mis felicitaciones.
      Saludos.

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        David García-Marín

        Comentó el 13/12/2020 a las 13:01:38

        Estimada Andrea, muchas gracias por tus comentarios y preguntas. Son muy relevantes!!

        Mi respuesta a las dos cuestiones que planteas es afirmativa. El poder desinformativo del audio no está solo en esa capacidad de evocar imágenes personales en el receptor, sino también en otras cualidades. Por un lado, ofrecen una poderosa conexión entre oyente, historia y narrador a partir de la creación de espacios sonoros privados (sobre todo, cuando se escuchan con auriculares). Asimismo, presentan una elevada carga emocional, activada desde el uso de la voz y la transmisión de historias personales. Utilizan un lenguaje y un tono informal mediante el uso de vulgarismos, localismos o jergas que le otorgan al relato una apariencia cercana, como si de una conversación del día a día se tratase. Recurren también al primer plano sonoro, con el locutor hablando directamente al micrófono, sin ruidos de fondo, lo que facilita su procesamiento cognitivo (la facilidad de procesamiento es un activador de la percepción de veracidad, según se ha demostrado en numerosos estudios dentro del campo de la psicología experimental). Finalmente, como afirmaba en otro comentario, requieren procesos de verificación diferentes a los de las fotografías y los vídeos, al no proveer claves visuales para chequear la información.

        Saludos!!

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      Lucia Ballesteros Aguayo

      Comentó el 10/12/2020 a las 14:26:14

      Estimada compañero,
      Muchas gracias por tu contribución sin duda muy oportuna y de absoluta actualidad.
      Me interesa muchísimo el carácter no escrito de este tipo de fake, es decir, la capacidad de transmitir información falsa a través de audios, vídeos, etc., y otros formatos que no sean noticias escritas.
      Al respecto quería preguntarte: qué diferencia según tú existente entre fake news, información falsa, información a medias, ocultación de información, propaganda, manipulación, desinformación. ¿Son conceptos sinónimo o difieren? ¿Cuál es su relación con el concepto de posverdad?
      Y concretizando mucho más con respecto al trabajo realizado en torno a audios fake y Covid-19, ¿qué singularidades adquiere el discurso/noticia/mensaje/estructura retórica los audios fake a diferencia de las noticias falsas?
      Por último, qué papel debemos cumplir los comunicadores/periodistas profesionales, los ciudadanos y el Estado. ¿Crees que las plataformas están realizando suficientes cambios para luchar contra la desinformación y promover la información veraz?
      Perdona tantas preguntas, pero es un tema sumamente interesante.
      Gracias, saludos,
      Lucía

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        David García-Marín

        Comentó el 11/12/2020 a las 16:57:11

        Lucía, muchas gracias por tus preguntas. Es un placer volver a charlar contigo, aunque a través de estas vías.

        No hay una definición estándar para desinformación y para fake news. Algunos autores entienden que estas últimas son noticias que portan falsedades y que han sido construidas formalmente para parecer informaciones verídicas, difundidas sobre todo a través de las plataformas digitales. Más amplia es la definición de desinformación, donde entrarían otro tipo de contenidos, tales como los bulos en Twitter o Facebook, las imágenes y vídeos editados o los audios fake. Las fake news serían, por tanto, una categoría incluida en el amplio abanico de la desinformación.

        Por su parte, la posverdad sí es un concepto que reúne mayor unanimidad en su definición (quizá porque se ha (mal)utilizado menos). Se refiere a aquellas situaciones en las que los hechos tienen un menor peso específico que las emociones a la hora de percibir la realidad. Es un concepto más abstracto y también muy general que engloba un rango amplio de situaciones.

        El audio es un formato que tiene unas características especiales en su potencial desinformativo. Debido a su invisibilidad, las noticias falsas creadas en formato de audio obligan a unos procedimientos de verificación diferentes a los utilizados con las fotografías o los vídeos. Los fact checkers suelen detectar la falsedad en las producciones visuales a partir de estrategias como la búsqueda inversa de imágenes, que consiste en rastrear y acceder a todas las posibles versiones que sobre una fotografía se han publicado en la Red a fin de detectar manipulaciones. Del mismo modo, los verificadores utilizan software específico para la detección de posibles recortes practicados sobre un vídeo con el fin de alterar su montaje. Las producciones visuales ofrecen, además, información contextual, es decir referencias ambientales que sitúan la acción en un espacio determinado. Esta información es utilizada por los verificadores para detectar imágenes colocadas fuera de contexto que fueron grabadas en un tiempo anterior y en un espacio diferente al atribuido en la (falsa) información. Todas estas estrategias y herramientas están basadas en las características visuales de la información a verificar. Estas claves visuales no están presentes en la desinformación en formato sonoro, lo que obliga a pensar en modelos de chequeo diferentes.

        El problema de la desinformación es multidimensional y, por tanto, su abordaje debe ser también multidimensional. Es responsabilidad de todos, desde los profesionales de la información hasta los ciudadanos, hacerle frente. Las plataformas están intentando cumplir su papel de freno de la desinformación, pero en ocasiones se enfrentan a acusaciones de censura o de limitación de la libertad de expresión.

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      Pablo Martín Ramallal

      Comentó el 10/12/2020 a las 10:26:41

      Estimado David

      Enhorabuena por vuestra investigación. Muy interesante y pertinente. ¿No debería de incrementarse la responsabilidad de estos canales? Por ejemplo, Twitter ya avisa de posibles mensajes fraudulentos. ¿O sería intrusivo en nuestras vidas personales?

      Gracias y un saludo

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        David García-Marín

        Comentó el 10/12/2020 a las 12:32:54

        Estimado Pablo, gracias por tu comentario.

        Durante la pandemia, WhatsApp limitó las posibilidades de propagación de contenidos. Eso indica que estos servicios son conscientes de que no son meras plataformas donde circula la información, sino que tienen cierta responsabilidad sobre lo que se produce y propaga. Existen diferentes modelos para hacer prevalecer la verdad demostrada frente a la falsedad: dar más visibilidad a los contenidos que provengan de fuentes fiables, el etiquetado de la información o las fuentes verificadas como "falsas" o "engañosas", la limitación de la propagación de contenidos falsos, la eliminación de informaciones cuya falsedad se ha demostrado o, en el grado más extremo, el bloqueo y eliminación de cuentas.

        Personalmente, creo que las plataformas deben asumir un papel activo en la lucha contra la desinformación, aunque es un asunto muy controvertido como hemos visto en las últimas semanas en Twitter con Donald Trump y sus acusaciones de fraude electoral.

        Saludos!!

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      Miguel Palomo

      Comentó el 07/12/2020 a las 12:05:50

      Hola David, muy interesante tu ponencia sobre las estrategias de los audios fake en redes sociales como Whatsapp. Querría preguntarte si se ha detectado el uso de la tecnología deep fake en el uso de audios durante la aparición de la Covid19, o si se prevee que esta tecnología facilite aún más la difusión de audios fake en el futuro próximo (aunque los deepfakes son principalmente imágenes en movimiento, si no me equivoco también son capaces de imitar las voces de los individuos objeto de manipulación). Gracias y enhorabuena.

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        David García-Marín

        Comentó el 08/12/2020 a las 17:13:20

        Gracias por tu comentario, Miguel. Tanto en mis estudios como en otros (por ejemplo, del Reuters Institute) no se ha detectado la presencia masiva de deepfakes. Los motivos pueden ser varios. Quizá no se están utilizando demasiado; o tal vez se están empleando pero los verificadores no los detectan y, al no detectarlos y verificarlos, quedan fuera de las bases de datos que utilizamos para investigar en este campo.

        Por otro lado, las primeras aproximaciones a la creación de deefakes en formato sonoro han tenido carácter artístico y humorístico, quizá por ello quedan fuera del radar de los fact-checkers, puesto que su intención no es el engaño. Como decía, en la Red, podemos encontrar numerosas parodias de personajes famosos cuya voz es utilizada con fines satíricos. También ciertas empresas productoras de podcasts han usado estas herramientas para la elaboración de documentales sonoros. Es el caso del podcast XRey, dedicado a la biografía del rey emérito Juan Carlos I, una producción realizada por el conocido locutor de radio Toni Garrido para la plataforma Spotify. Los autores de esta serie necesitaban recrear la voz del dictador Francisco Franco en dos de sus capítulos. En lugar de contratar a un imitador, recurrieron a la inteligencia artificial para utilizar las grabaciones de la voz de Franco ya existentes con el fin de clonarla y colocar artificialmente en la voz del dictador mensajes clave en la trama narrada por la serie.

        Saludos!!

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          Miguel Palomo

          Comentó el 13/12/2020 a las 20:49:22

          Hola David, muchas gracias por tu respuesta. Es muy interesante lo que comentas. Sabía de la existencia del podcast XRey, pero desconocía que habían utilizado tecnología deepfake para emular la voz de Franco. Saludos.

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