Introducción
La emergencia global de la pandemia afectó de manera súbita al conjunto de ámbitos en los que se imbricaba toda la actividad humana. En este contexto inédito, uno de los espacios más afectados (y perjudicados) por la irrupción del virus ha sido el educativo, que se vio abocado a una transformación inquietante y líquida: en cuestión de semanas, el aula pasó de ser un territorio arraigado y de arraigo, a convertirse en no-lugar (sensu Augé, 1992). Esta «aula vaciada» (Bertoni et al., 2020) que eclosiona a finales de marzo y aún se remueve en el apuro «bimodal» —nominativa y efectivamente ambiguo—, ha suscitado un enorme stock reactivo/propositivo, por lo general sustentado en términos apocalípticos-integrados. A causa del eje tecno-omnímodo y binario sobre el que se organiza el debate sobre educación presencial/blended/remota, existe una tendencia a suprimir no sólo la toma de conciencia de este punto de inflexión en nuestra forma de concebir los procesos de enseñanza-aprendizaje, sino también, las implicaciones socioafectivas, emocionales y hasta políticas que este tipo de transformación —en ocasiones planteada como un mero trasvase de formatos— genera en los alumnos y alumnas.
Objetivos
En este trabajo nos proponemos descubrir los puntos ciegos y desgranar las consecuencias imprevistas que arrastra esta Gran Transformación, así como comenzar a delinear las destrezas que paulatinamente habrá de desarrollar, afianzar y desplegar el docente en su quehacer profesional, necesariamente adscrito a unas emergentes «pedagogías pandemiales» (Guijarrubia, 2020). Nuestra iniciativa se cifra en considerar esta coyuntura —incuestionablemente desfavorable en términos pedagógicos— como una oportunidad de producir conocimiento sobre aprender a cuidar, y enseñar el autocuidado, en el aula. Adoptando postulados integrales que promuevan un aprendizaje crítico y significativo, podríamos comenzar revisitando la pedagogía martiana, para construir una palabra compensatoria, así como una escucha activa que no sólo exista en función del contenido, sino de las personas implicadas en sus procesos multidimensionales de formación. En un contexto de virtualización como el actual, de inmensa soledad, fractura social y enorme aislamiento emocional, debemos ensayar fórmulas que nos permitan también enseñar autocuidados, como única forma en la que los y las estudiantes puedan aprender desde un marco de confianza, seguridad y, sobre todo, calma cognitiva.
Prospecciones
Tanto la novedad del fenómeno, así como el escaso margen temporal disponible para desarrollar una investigación al uso, funcionan en detrimento de una estructura de trabajo tradicional, por lo que actualmente, este trabajo no puede ofrecer resultados (siquiera referir unas conclusiones preliminares), ya que se trata de una reflexión que surge de la práctica, que se efectúa en movimiento. Ante este panorama de incertidumbre, tan sólo podemos problematizar una consecuencia pedagógica de la pandemia, que nos obliga a repensar la ineficacia de los «hábitos axiomáticos» de nuestra profesión, que debe afrontar los obstáculos que plantea no tanto la enseñanza online, sino la revelación de una pedagogía endeble y mal acondicionada para afrontar la dimensión metacurricular de esta metamorfosis.
Palabras clave
Ponencia Online
Documentación de apoyo a la presentación ONLINE de la ponencia
Guadalupe Ibarra Rosales
Comentó el 10/12/2020 a las 21:43:03
Muy buen trabajo porque invita a reflexionar las diferencias de la educación presencial y la educación virtual que constituye un ámbito de enseñanza repleto de retos que atender. Me parece buena la propuesta del cuidado y del autocuidado que en estos tiempos de incertidumbre resultan necesario e importantes. Por ello me interesa conocer la concepción del cuidado y del autocuidado a la que te refieres en tu trabajo porque estos conceptos se han desarrollado desde diferentes perspectivas teóricas.
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Dulcinea Tomás Cámara
Comentó el 11/12/2020 a las 08:23:22
¡Gracias, Guapalupe por participar en esta conversa! En respuesta a tu pregunta, me gustó mucho la propuesta política y cultural de los cuidados que hizo durante los primeros meses de este año la activista boliviana María Galindo en su texto "Desobediencia, por tu culpa voy a sobrevivir" y que se puede consultar en el libro colectivo Todo lo que nos queda es el ahora (2020). Muchas comunidades con amplia trayectoria autogestionaria y comunitaria han generado (involuntaria o voluntariamente) teoría al respecto, y ésta se puede comprobar en sus prácticas. Te recomiendo también la docuserie de siete capítulos "Sacha Samay: Aliento de vida en tiempos de pandemia" sobre las praxis y reflexiones en torno a la sanación tradicional de manos de mujeres de la Amazonía ecuatoriana.
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David José Sánchez Pardo
Comentó el 10/12/2020 a las 18:53:30
Hola Dulcinea,
Muchas gracias por compartir este trabajo con todos.
Quería preguntarte que cuando comentas que tenemos que ver esta situación como una oportunidad de producir conocimiento sobre aprender a cuidar, y enseñar el autocuidado, en tu opinión, ¿Cómo crees que deberíamos hacerlo?
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Dulcinea Tomás Cámara
Comentó el 10/12/2020 a las 21:40:26
Buenas noches David, y gracias por participar en esta conversación. Tu pregunta es fantástica porque considero que este mismo interrogante es la clave sobre la que debemos basar nuestra reflexión. Creo que hay que activar espacios donde podamos intercambiar experiencias (pre y pospandemia) no únicamente adscritas a esferas académicas o formales, sino también incorporar y aprender de los andares que han desarrollado y detonado otros agentes cuyas lógicas y luchas podrían inspirar muchos proyectos de innovación que sin duda enriquecerían nuestras relaciones pedagógicas en el aula.
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Úrsula Torres Parejo
Comentó el 10/12/2020 a las 10:52:02
Hola Dulcinea, me encantó la reflexión que leíste del Aula Vaciada de Federico Bertoni, totalmente de acuerdo.
Buen trabajo, enhorabuena.
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Dulcinea Tomás Cámara
Comentó el 10/12/2020 a las 10:59:31
¡Gracias Úrsula! Como docentes, creo que todos nos sentimos un poco identificados con la reflexión de Bertoni, es un momento idóneo para repensar muchos aspectos pedagógicos. ¡Gracias por tu participación!
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