Resumen
Ante las presiones políticas y económicas, brazos invisibles de los intereses alejados del ámbito comunicacional que poseen gran influencia en los medios de comunicación, el profesional de la información halla en la buena praxis profesional su escudo y lanza para evitar que el vital servicio público que representa el periodismo se convierta en nido de intereses privados. El conflicto existente nace debido a tener que elegir entre: mantener la dignidad del oficio, y enfrentarse a los encargos profesionales alejados de las metas que debe alcanzar el buen periodismo o, simplemente, mirar hacia otro lado y mantener un puesto asegurado en el organigrama empresarial. Este dilema ha ocupado grandes historias en el imaginario colectivo gracias al ente cinematográfico: El dilema (1999), Los archivos del pentágono (2017), Noticia de una violación en primera página (1972) o Novinar (1979) son algunas muestras. Desde varios ángulos culturales, norteamericano junto a latinoamericano y europeo, es interesante reflexionar acerca de cómo las diferentes filmografías seleccionadas han reflejado la lucha entre el profesional de la información y la situación en la que se encuentra su entorno laboral. Son algunos elementos analizados en este trabajo: cómo actúa el periodista ante la realidad de su oficio y qué herramientas pone en marcha para salvaguardar su gremio ante las diferentes interrupciones, para su buen cumplimiento, de estamentos alejados de los intereses que persigue su profesión. Esto desde el punto de vista del profesional de la información. Desde el punto de vista empresarial nos interesa: cuáles son las principales preocupaciones y estrategias empresariales ante el mercado de la información y cómo es la relación entre directivos y subordinados. ¿Persiguen metas comunes la empresa y sus trabajadores? ¿Puede más el benéfico económico o la labor de servicio público? Son interrogantes para responder en estas líneas.
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Abel Suing
Comentó el 11/12/2020 a las 16:32:19
Estimados Carlos, Isaac y Luisa. Felicito el trabajo. Mantener los equilibrios entre intereses económicos y editoriales parece ser una constante en las empresas informativas. En la era de medios digitales, cuando los costos operativos disminuyen, se entendería que hay posibilidades de promover el trabajo creativo, es decir, menguar las polaridades entre dinero y persona, pero parecería que no ocurre. En este contexto. ¿Estiman que una alternativa a futuro son los medios de autor? Me refiero a que cada periodista sea un "autónomo" para que sobre la base del financiamiento que logre mantenga una identidad en su profesión.
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Carlos Serrano Martín
Comentó el 11/12/2020 a las 16:50:45
Estimado Abel, gracias por tu pregunta. Más que un periodismo de autor, si que se hace necesario que la empresas inviertan en que sus trabajadores puedan hacer un trabajo de mayor calidad. Ello podría ocurrir, por ejemplo, si muchos periódicos en vez de diarios fueran semanales . Dando tiempo a llevar a cabo un periodismo pausado en el que el periodista haya podido trabajar bien su historia sin presiones ajenas al hecho informativo.
Ahora bien, si es cierto que el cine nos muestra que una posible solución es que los redactores se trasformen en sus propios jefes, y así tener total libertad en qué material trabajar y el cómo. Sin embargo, ocurre que volvemos a lo monetario: es la empresa la que pone precio a ese esfuerzo y tira por lo bajo. Si es cierto que muchos filmes muestran también la opción de varios periodistas que, en modo cooperativa, crean medios de comunicación alternativos sostenidos por las donaciones de los lectores. Este parece un camino a seguir para lograr la deseada independencia informativa. Un saludo.
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Harold Leonard Navarro
Comentó el 10/12/2020 a las 17:44:49
Estimados Carlos, Isaac y Luisa. Súper interesante su análisis. Hay un "auge" impulsado por presidentes como Donald Trump de Estados Unidos en donde claman que medios noticiosos que no van en acorde a sus políticas públicas son "Fake News". Hemos visto cómo en el cine el personaje del periodista en muchas ocasiones se ve como un héroe con la función de desenmascarar a la iglesia o al estado. Esto lo podemos observar en películas como The Post (2017) o Spotlight (2015). En estos tiempos donde el "Fake News" ha cogido vuelo y una parte de la población, en especial en los Estados Unidos, piensa que en serio muchos medios noticiosos lo que hacen es mentir y desacreditar a los líderes políticos ¿creen que el oficio del periodismo se ha visto manchado por esta nueva tendencia de desprestigio? ¿De qué manera el cine podría contrarrestar este efecto? ¿Es posible que la producción de películas con temáticas periodísticas hechas por Hollywood disminuyan en miedo de que puedan fracasar en el Box Office?
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Carlos Serrano Martín
Comentó el 10/12/2020 a las 18:23:49
Gracias Harol por escribir. El oficio periodístico lleva sufriendo una corriente de desprestigio desde finales de la I Guerra Mundial. ¿El motivo? El público no perdonó a las diferentes cabeceras, tanto en Estados Unidos como Europa, su marcada tarea de propaganda política en sus publicaciones defendiendo la guerra, según los intereses de cada nación.
La ardua tarea de recuperación de ese prestigio tras la Segunda Guerra Mundials se ha visto violentamente interrumpida por la era digital y la rapidez, además de facilidad, con que se han utilizado las nuevas tecnologías de la información para la creación y trasmisión de las "Fake News".
La audiencia quiere saber qué ocurre y los medios no sacian esa sed de conocimiento. Recibe ese público el mismo mensaje repetido en diferentes plataformas. Muchos medios, pero poca pluralidad informativa.
¿Cómo puede el cine cambiar eso? De una lado, indicas muy bien, Estados Unidos tiene grandes películas que son todo un homenaje a la profesión, ahí está "Todos los hombres del Presidente" (1976). Una posible solución sería seguir apostando por ese tipo de cine comprometido que tan buenos títulos nos otorgó el cine de la década de los setenta. El cine europeo, más que una división entre "Héroe" o "Villano", apuesta por una representación más cercana y humana, fruto del auge del Neorrealismo. Son profesionales de la información con luces y sombras. Quizás, una manera más correcta de tratar al periodista.
En próximos títulos, sería interesante que el periodista se enfrentase a problemas más cercanos al espectador que el de el enfrentamiento entre un periódico y un gobierno corrupto, o la lucha contra una gran multinacional. Ese debiera ser el camino: humanizar al periodista de cara a la opinión pública y recalcar su imprescindible labor social.
Espero haberte ayudado. Un saludo.
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Nuria Sánchez-Gey Valenzuela
Comentó el 10/12/2020 a las 08:54:04
Me parece una trabajo muy interesante desde el punto de vista de la Estructura de la información. Querría saber, tras su investigación, ¿cuál creen que es el margen de maniobra que le queda al periodista? Gracias.
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Carlos Serrano Martín
Comentó el 10/12/2020 a las 12:43:34
En primer lugar Nuria, gracias por tu pregunta y perdón por la tardanza es responder. Por desgracia no es sencilla la respuesta. La empresa informativa tiene la peculiaridad de que su producto es un servicio público: la información. Qué herramientas tiene en su mano el profesional de la información para garantizar que dicho servicio no se corrompa es tema de varios, e interesantes, debates.
Creo que el margen de maniobra, respondiendo a la cuestión, pasa por la opción de convencer a las empresas de la información de que se apueste por dos pilares para recuperar la fe de la audiencia en el producto informativo: de un lado, apostar en firme por la nuevas narrativas para reflejar la realidad. En segundo lugar, apostar por la calidad. Ello se consigue admitiendo a buenos periodistas en nómina y dejarlos trabajar en su oficio: informar.
Las acciones del periodista pasan por recuperar la calle. Es decir, alejarse de los cómodos partes de prensa y notas de estamentos oficiales y traer a redacción las historias propias sacadas de acercarse a la ciudadanía. Esto unido a ponerse al día sobre las diferentes tecnologías que le ofrecen un gran abanico de opciones para narrar dichas historias.
Ahora bien, por muchas nuevas tecnologías que aparezcan, los principios de la buena praxis profesional deben respetarse siempre. Y el periodista debe defenderlas siempre. Si el profesional de la información las deja de lado, no puede esperarse que las empresas respeten la ética ni la moral del oficio.
Espero haber respondido a tu pregunta, un saludo.
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