A diferencia de lo que suele pensarse, los diagnósticos críticos con los productos de la racionalización social moderna, es decir, el capitalismo industrial y el Estado burgués de derecho, no surgen con los teóricos de la sociedad de corte socialista. Antes bien, el temprano pensamiento conservador, también denominado “contrarrevolucionario”, formuló entre la última década del siglo XVIII y las primeras del siglo XIX un interesante conjunto de diagnósticos críticos que, naturalmente, se apoyaban en presuposiciones normativas muy diferentes de las que adoptaría algunos años más tarde el pensamiento socialista. La encrucijada normativa de la modernidad se inicia, en este sentido, hacia finales del siglo XVIII, cuando, ante lo que Eric Hobsbawm ha llamado “la doble revolución”, es decir, la revolución industrial en Inglaterra y la Revolución Francesa, el pensamiento político se escinde entre liberales, conservadores y –algunas décadas más tarde– socialistas.
El objetivo de esta ponencia es ofrecer una reconstrucción del tipo de criterios normativos subyacentes a los diagnósticos crítico-sociales del temprano conservadurismo. Para ello se empleará la metodología de análisis de las fuentes básicas y la bibliografía especializada. En primer lugar, se expondrá un recorrido general de los diferentes estadios del pensamiento conservador. Este recorrido arranca con el conservadurismo contrarrevolucionario de autores como Joseph de Maistre o Edmund Burke, continúa con la llamada revolución conservadora del período de Weimar, que incluye a autores como Carl Schmitt o Ernst Jünger, y llega hasta el neoconservadurismo de autores como Daniel Bell o Russell Kirk (I). Tras ello se emprenderá una reconstrucción más detallada del tipo de diagnósticos crítico-sociales contenidos en los autores del pensamiento contrarrevolucionario. En este sentido, se defenderá que estos autores reaccionan contra la totalidad de transformaciones que configuran el nuevo orden moderno, desde el surgimiento del Estado constitucional y el capitalismo industrial hasta el socavamiento de la cosmovisión cristiana derivado del proceso de racionalización cultural (II). En tercer lugar, se analizará el tipo de fundamentación normativa ofrecida por esta tradición de pensamiento. Sobre la base de este análisis, se concluirá que, en la medida en que estos autores configuran un pensamiento que puede denominarse “tradicionalista”, su crítica socio-cultural descansa en asunciones normativas de tipo premoderno. Al contrario de lo que ocurrirá en la teoría socialista, ahora ya no es el contenido normativo de la modernidad cultural, es decir, los ideales de la Ilustración, lo que sirve de sustento para la crítica de la sociedad, sino justamente lo contrario. Aquello destruido por la racionalización moderna, es decir, la cosmovisión religiosa cristiana y la forma de organización social en ella sustentada, ocupa el papel de un contraste normativo sobre el que resaltan las diversas patologías de la modernidad.
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Salvador Mayordomo Hernández
Comentó el 11/12/2020 a las 23:47:40
Hola César muchas gracias por su ponencia. Es la suya una ponencia muy interesante y para quienes como nosotros estudiamos el fenómeno revolucionario aún mas. Me surge la pregunta sobre si el pensamiento conservador contrarrevolucionario que menciona en su ponencia ¿Ha seguido presente durante el Siglo XX y lo que va de XXI ? y si ¿mantiene una actitud concreta ante las revoluciones ‘vivas’ existentes actualmente, como por ejemplo China, Vietnam o Irán? Me interesa principalmente como se posiciona ante la legitimación a la que estamos asistiendo de los Estados totalitarios revolucionarios, como Estados mas eficientes que las democracias liberales.
Gracias por su atención
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César Ortega Esquembre
Comentó el 12/12/2020 a las 23:01:34
Hola Salvador. Muchas gracias por su interesante pregunta. Si no me equivoco, el tipo de conservadurismo contrarrevolucionario que presento en la ponencia no tiene ninguna presencia política importante durante los siglos XX y XXI. A partir de mediados del siglo XIX este tipo de conservadurismo va dejando de lado los rasgos más antimodernos o reaccionarios (como la reivindicación de privilegios políticos para la aristocracia y el clero) y se aproxima al liberalismo. Esta aproximación se ve sobre todo en el aspecto económico. En este sentido, aunque desde luego existirán individuos o grupos cercanos a las posiciones mantenidas por el viejo conservadurismo contrarrevolucionario, al no existir en la actualidad un movimiento o partido institucionalizado desconozco cuál sería su postura ante las revoluciones "vivas". Siento no poder decirle nada más sobre este particular, y gracias nuevamente por su interés.
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Salvador Mayordomo Hernández
Comentó el 13/12/2020 a las 21:59:24
Gracias por su respuesta y su tiempo.
Saludos cordiales.
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