El lenguaje es el principal medio para el desarrollo del derecho debido a que sin él no podría haber una expresión ni comunicación jurídica. El derecho, al ser una ciencia, necesita de un medio para poder expresar sus ideas y conceptos. Además, el conocimiento jurídico se obtiene y difunde exclusivamente por medio del lenguaje.
De ser así, el texto es la materia prima para la casi totalidad de las actividades de análisis de datos jurídicos mediante técnicas de inteligencia artificial. Sin embargo, estos datos textuales deben adaptarse necesariamente para que puedan ser aprovechados por los algoritmos de inteligencia artificial. Por eso la segmentación de los datos textuales se identifica acertadamente como “minería de datos”. Consiste en transformar el lenguaje natural, la materia prima, en un formato que permite poner trozos de texto en “cajas etiquetadas”, cuantificadas e interrelacionadas. Este mineral está entonces listo para ser utilizado como recurso para generar conocimientos, realizar análisis predictivos, clasificar documentos automáticamente o enumerar sus contenidos en forma de informes fácilmente comprensibles (para dar sólo algunos ejemplos).
Puede que se piense que esta labor de clasificación de datos jurídicos es algo sencillo que puede hacerse a través de un diccionario. Sin embargo, la realidad es diferente debido a que se requiere contexto para poder llevar los términos a que sean los mismos conceptos jurídicos porque el derecho no es únicamente normativo, sino que va más allá de la norma a través de la interpretación jurídica.
Varias empresas están tratando de resolver el problema de poner los datos no estructurados en un formato que pueda ser reutilizado para el análisis. Esto es extremadamente difícil a través de la lingüística. No todas las oraciones se escriben de una sola manera ya que los autores siguen sus estilos únicos. Mientras que la lingüística es un enfoque inicial para extraer los elementos de datos de un documento, no se detiene ahí. La capa semántica que comprenderá la relación entre los elementos de datos y sus valores y alrededores también tiene que ser entrenada por máquinas para sugerir una salida modular en un formato determinado.
En la ponencia que proponemos para el Congreso “Nodos de Conocimiento”, se busca determinar la relación entre el derecho, el lenguaje, la inteligencia artificial y la complejidad que implica esta interacción. Este análisis ayudara a comprender las limitaciones lingüísticas a las que se enfrenta el derecho, para en un futuro poder analizar la relación entre los conceptos jurídicos y un lenguaje que sería usado para escribir algoritmos.
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Isaac TENA PIAZUELO
Comentó el 12/12/2020 a las 13:34:51
Enhorabuena por el formato y el contenido de su ponencia, que resulta muy estimulante. Tengo una inquietud que me gustaría plantearle. A pesar de lo que a veces se populariza por cierta literatura (digamos, "romántica"), o en la cultura cinematográfica, los sentimientos son un valor que solo de manera reciente se han incorporado al Derecho de familia. A los juristas nos pueden parecer una materia un tanto extraña (y difícil de acoger en las categorías que manejamos) ¿Cree usted que tales dificultades para "tabular" esos valores sentimentales harán que el Derecho de familia se mantenga, durante más tiempo que otros ámbitos, al margen de la "informática jurídica? Muchas gracias.
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Philippe Prince Tritto
Comentó el 15/12/2020 a las 04:32:54
Isaac, en primer lugar: muchas gracias por sus felicitaciones, su atención y especialmente por esta pregunta intelectualmente estimulante.
Supongo que el hecho de que puso entre comillas la palabra "romántica" muestra que se usa más como ilustración que otra cosa. Sin embargo, me pareció particularmente acertada su uso. En efecto, el movimiento del romanticismo va contra la corriente de la modernidad y constituye, según el sociólogo y filósofo franco-brasileño Michael Löwy, una "autocrítica de la realidad" que se centra en cinco temas principales: el desencanto del mundo, su cuantificación, su mecanización, la abstracción racionalista y la disolución de los lazos sociales.
Con esta contextualización particularmente pertinente, creo que será más fácil responder concretamente a través de un ejemplo. Elijamos el artículo 12 de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, que garantiza el respeto por las opiniones y sentimientos del niño. La razón de ser de este texto es que se tomen medidas procesales para que el niño pueda ser escuchado en todos los asuntos que lo afecten. La segunda etapa es la evaluación de los sentimientos del niño sobre una situación dada. Esta segunda parte no parece muy sistematizable a primera vista. Es difícil ver cómo las máquinas podrían ayudarnos... y aún así. Como suele ocurrir en la ciencia, la intuición no es suficiente para concluir.
Ya desde los años 2000 hay toda una sección del procesamiento del lenguaje natural que se interesa al análisis de sentimiento. El objetivo de esas técnicas es analizar grandes cantidades de datos en lenguaje natural para deducir los diferentes sentimientos expresados (perdón por la tautología). Por lo general, estas técnicas se utilizan para análisis "macro" como la predicción del resultado de una elección o la evolución de los índices bursátiles como el NASDAQ o el Dow Jones. Pero también muestra resultados bastante fiables a nivel de análisis del lenguaje de un individuo. También en este caso se trata de un trabajo de clasificación y se pueden imaginar aplicaciones en el contexto de la recuperación del testimonio de un niño.
Pero podemos soñar con ir más lejos. Ciertas otras áreas de la inteligencia artificial se concentran en analizar el comportamiento emocional de un sujeto mediante técnicas asociadas a la imagen, el sonido y el texto. Se analizarán las expresiones de la cara, los gestos de la cabeza y el cuerpo, la dirección de la mirada, la retroalimentación emocional asociada al tacto y el contenido textual expresado por el usuario. Tales instrumentos podrían permitir -por ejemplo, tratándose de la plática del menor de edad en materia familiar- identificar señales débiles difíciles de percibir por un ser humano y que podrían anunciar una situación que afectará a su bienestar -por ejemplo, un temor hacia un adulto-, lo que permitiría profundizar en una u otra dirección.
La respuesta a su pregunta no es, por tanto, sencilla y, como habrá comprendido, me he tomado la libertad de extrapolar mucho. Depende en gran medida de los objetivos que queramos alcanzar y de los esfuerzos de investigación que se hagan para conseguirlos. Pero lo que quería señalar es que la inteligencia artificial puede ayudarnos a construir herramientas, incluso en áreas como el sentimiento, que son específicas de los seres vivos, independientemente de si una máquina puede sentir o no. En resumen, si existe una necesidad en este ámbito, que las técnicas muestran resultados concluyentes, y que no necesiten una inversión pecuniaria demasiado importante, es muy probable que la tensión entre justicia y eficiencia introduzca en el derecho familiar herramientas de informática jurídica que vayan más allá de las de gestión documental o procesal, con todas las cuestiones éticas que ello implica. Se puede hacer. "¿Debemos hacerlo?" y "¿Cómo lo hacemos?" son otras preguntas que son mucho más importantes.
Espero haber podido contestar, pero en caso negativo por favor no dude en agregar informaciones que me permitan brindar otra respuesta si me equivoqué.
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Javier Antonio Nisa Ávila
Comentó el 10/12/2020 a las 09:36:15
En primer lugar felicitarle por su ponencia. Antes de preguntarle, indicarle que discrepo respecto a las complicaciones de procesamiento del lenguaje natural por parte de sistemas de inteligencia artificial. El lenguaje natural técnico es más sencillo de interpretar que el lenguaje natural general por la falta de polivalencia del significado de sus palabras en un contexto concreto por parte de un algoritmo de inteligencia artificial. Los sistemas de Inteligencia Artificial, ahora mismo no tienen la capacidad de resolver ninguna significancia de lenguaje natural en su totalidad, pero el específico será previo al general. El machine learning unido a la lingüística computacional es el camino para solventar el problema mediante sistemas de aprendizaje natural coginitivo. El problema es el uso de la semántica al mismo nivel que un ser humano en el punto de vista jurídico, por las repercusiones sociales sobre el individuo. En el futuro todo ello, creo que deberá ser regulado porque con la computación cuántica será una revolución en Inteligencia Artificial y se podrán realizar muchas tareas con una comprensión semántica casi idéntica a la humana. Mi duda es; ¿Usted cree que realmente la inteligencia artificial en el campo del derecho no será mas útil como sistema de explotación de data mining que como ente autónomo resolutorio en derecho? Gracias.
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Philippe Prince Tritto
Comentó el 10/12/2020 a las 23:30:30
Javier, gracias por sus felicitaciones y su comentario. Me permitirá aclarar si algunas cosas han sido mal explicadas. No se trata aquí de decir que el lenguaje jurídico es más difícil de procesar que el lenguaje "clásico". Estoy de acuerdo con usted en que en ciertos casos, las técnicas de NLP funcionan mejor con el lenguaje técnico. Sin embargo, incluso al decir eso, necesitamos aclarar de qué tipo de lenguaje técnico estamos hablando. En efecto, no todos los lenguajes técnicos son "iguales" y algunos toman más prestado de la polisemia del lenguaje que otros. El derecho es uno de ellos. Y lo que lo hace un objeto particular es esta polisemia, pero también su evolución a lo largo del tiempo, su evolución según las interpretaciones, y el hecho de que los conceptos son particularmente extensos, tienen una jerarquía y además el contexto puede ser ausente de miles textos jurídicos que usan el mismo concepto, y estar presente en una fuente única que la máquina tiene que identificar como referencia relevante.
Ahora que espero haber aclarado lo que dije, la respuesta a su pregunta, que aprecio mucho, pero que no entiendo del todo. De hecho, no sé exactamente lo que entiende por "ente autónomo resolutorio en derecho", dado que imaginar (1) un ente artificial autónomo, que además (2) sirva para juzgar a los humanos es, a mi juicio, una fantasía que tiene su lugar en escritos de ciencia ficción. En este sentido, la respuesta es sí, creo que nos servirá más la IA para un Data Mining eficiente que para ilustrar esta predicción.
Dicho esto, si lo que quiso decir con esta formulación es "usar la IA para ayudarnos en otras tareas que el Data Mining, incluso en tareas de ayuda a la decisión para llevar a cabo un juicio", entonces: La respuesta es no, el Data Mining no será lo más útil, pero tener sistemas que puedan llevar a cabo esta minería de datos de forma confiable y eficiente es un paso absolutamente crucial e imprescindible si queremos poder automatizar ciertas conclusiones, calcular probabilidades resolutorias, etc.
Finalmente, respecto de sus conclusiones, esperamos efectivamente que el específico será previo al general, pero eso supone un esfuerzo especial en este campo que hoy en día se percibe difícilmente. La pura tokenización de textos jurídicos tiene muchos límites y los profesionistas del Derecho lo tienen que entender. Uno puede invocar la computación cuántica para rebasarlos, pero en realidad sabemos muy poco de lo que se va a poder hacer con estas tecnología, y entendemos mucho menos las lógicas de programación que supone (dado que no estamos todavía ahí). Pero de hecho, si examinamos la historia de la informática, me atrevo a decir que se repetirá y que lo más probable es que los primeros usos de la computación cuántica sean en materia criptográfica, no en derecho.
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