CÓD.N05-S04-09-S05-14 ONLINE

Lo que hay entre lo posible y lo imposible: acercamientos derridianos al concepto de traducción

En Une certaine possibilité impossible de dire l’évenement (2001), el filósofo francés Jacques Derrida nos traza un mapa con los tres tipos de posibilidad: posible, imposible e im-posible, así como la relación de cada uno de estos modos con uno de los conceptos clave de su filosofía: el acontecimiento. En el marco de la im-posibilidad (algo que es o parece en un principio imposible, pero que luego sucede, bajo la forma del acontecimiento) podríamos presentar nuevas vías para comprender el concepto de traducción, sus implicaciones éticas y cierta posición autoral del traductor. En Survivre. Journal de Bord (1986), Derrida argumenta que un texto totalmente traducible (posible) se suprime a sí mismo como texto, como cuerpo textual, no deja que el otro lo lea o lo interprete, ya que el texto ya le da al otro la única lectura posible: el texto enuncia su propia lectura, no permite que haya otra, la del otro. En el otro extremo, encontramos el texto absolutamente intraducible (imposible), un cuerpo de lenguaje encerrado en sí mismo que, como texto totalmente intraducible, no deja entrar al otro. En medio, proponemos, con Derrida, que podemos encontrar el texto in-traducible, el texto que coincide con el modo de la im-posibilidad. El texto in-traducible es el que obliga a quien traduce a detener su andadura, presenta algo que hace que la traducción interrumpa su temporalidad continua. Parece imposible, pero finalmente sucede con la acción del sujeto/traductor. En nuestra propuesta, profundizaremos en las implicaciones éticas de una traducción im-posible, la única capaz de traspasar el umbral de la imposibilidad y producir el acontecimiento. Romper el círculo temporal de la imposibilidad —solo posible cuando detenemos la traducción, cuando la sacamos de la temporalidad continua donde no cabe reflexión— conlleva una asunción de la responsabilidad por parte de quien traduce; una inscripción de su nombre en el texto traducido, aspectos  fundamentales para seguir reflexionando sobre la relación entre texto original y traducido, así como sobre el futuro de la traducción, especialmente teniendo en cuenta la popularización de la traducción automática, incluso en ámbitos como la Traducción Literaria, ya que las máquinas no se detienen; las máquinas siguen la temporalidad ciega de una supuesta posibilidad. En estos términos, la reflexión derridiana sobre la traducción es hoy más relevante que nunca para superar la distribución binaria de posibilidad/imposibilidad, autor/traductor, original/tradución: solo en los resquicios de estos binarismos puede surgir una relación renovada y una nueva mirada hacia la traducción.

Palabras clave

deconstrucción ética. filosofía traducción

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Preguntas y comentarios al autor/es

Hay 13 comentarios en esta ponencia

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      María Jesús Blasco Mayor

      Comentó el 11/12/2020 a las 23:18:10

      Querida Nuria:
      Enhorabuena por una magnífica presentación. Me ha interesado en concreto el concepto de pervivencia del texto. ¿En qué sentido lo estás utilizando? ¿Qué implicaciones puede tener de cara a la traducción?
      Gracias,
      Un saludo,
      María Jesús Blasco

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        Núria Molines Galarza

        Comentó el 12/12/2020 a las 12:04:23

        Hola, María Jesús:

        Derrida, leyendo a Benjamin en "La tarea del traductor", rescata el concepto de pervivencia (a veces se ha traducido por 'supervivencia', pero esa traducción no permite distinguir los matices diferenciales entre los dos términos que usa Benjamin en su texto, Überleben y Fortleben), como aquello que se materializa con la traducción (la traducción permite que el original perviva, que tenga vida más allá de sus confines).

        Para Benjamin, y Derrida creo que adopta bastante este punto de vista con su lectura, el texto está endeudado con su traductor, lo necesita para pervivir. De ahí que el traductor no sea el primer endeudado, sino el texto original que necesita de otras lecturas, interpretaciones, traducciones para seguir viviendo. Para la traducción creo que, sobre todo, tiene implicaciones éticas y de responsabilidad, además de que no coloca al traductor en la tradicional posición subordinada frente al original, sino en una relación más "entre iguales".

        ¡Gracias por tu pregunta!

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      SOFÍA LACASTA MILLERA

      Comentó el 11/12/2020 a las 20:57:35

      Buenas tardes, Núria:

      Ha sido un auténtico placer escuchar tu presentación. Lo cierto es que este debate lleva años sobre la mesa y, a pesar de ello, sigue suscitando posturas muy variadas en la actualidad.

      En este sentido, y tomando como punto de referencia algunos de los textos en los que baso mi investigación, quería preguntarte acerca de la disyuntiva entre las premisas de la intraducibilidad y la total traducibilidad más allá de la combinación lingüística. Si bien es cierto que hasta hace unos años la práctica traductológica se basaba en la búsqueda de una equivalencia absoluta, en la actualidad se anhela la aplicación de nuevas teorías en las que se tienen en consideración otros sistemas de signos más allá de los estrictamente lingüísticos. En este sentido, y teniendo en cuenta también la aparición de innovadores soportes en los que se comparten estas obras multimodales, tal y como mencionabas con el caso de la tecnología en un mundo permanentemente interconectado, me gustaría preguntarte hasta qué punto dicha premisa de la (in)traducibilidad se ha convertido en una suerte de justificación conceptual o formal para evitar una revolución de la práctica traductológica. ¿Crees que los nuevos enfoques postraductológicos ayudarían a acabar con esa distinción binaria inherente a la producción, interpretación y posterior traducción de obras interdisciplinares producidas en diferentes contextos socioculturales y transmitidas a través de diversos medios?

      ¡Muchas gracias y enhorabuena de nuevo por tu ponencia!

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        Núria Molines Galarza

        Comentó el 12/12/2020 a las 11:57:31

        ¡Hola, Sofía!:

        Gracias por tus palabras, por tu reflexión y tus preguntas. Estoy muy de acuerdo contigo en que el binarismo traducible/intraducible nos hace un flaco favor como disciplina y que, en realidad (y más como vemos con textos cada vez más complejos, con más capas e interconectados con nuevos medios) estamos más en los grises de eso que puede parecer a priori intraducible (por las exigencias de transformación de la lengua/texto meta que plantea) y que luego, finalmente, mediante nuestra acción, reflexión e implicación subjetiva con el texto, se acaba materalizando como traducción. Al final, creo que lo más importante de ese cambio de mentalidad traductólogica (o quizá uno de los aspectos más relevantes) tiene que partir de un aspecto ético de asumir nuestra subjetividad e intervención en el texto como algo que, sin duda, es inevitable, y de lo que hemos de hacernos cargo.
        Romper esos binarismos también puede extenderse, como bien dices, más allá de lo lingüístico, sin duda. Al final, y más en textos multimodales o en aquellos donde conviven varios códigos, no solo estamos traduciendo la parte lingüística (aislada de todo lo demás), sino cómo influyen el resto de códigos en ella (se me ocurre aquí como ejemplo el cómic y cómo la imagen afecta enormemente al texto que traducimos). Si adoptamos una perspectiva muy binaria y separamos ahí texto e imagen y traducimos solo texto, nos quedamos con la mitad del discurso. Lo mismo nos pasa con la audiodescripción, por llevármelo a otro terreno: la normativa actual nos obliga a redactar audiodescricpiones asépticas y "objetivas" que, en modo alguno, traducen el lenguaje visual de la enunciación fílmica. Y ahí ojalá puedan cambiar las cosas, ¡sin duda! Creo que, cada vez más (y sobre todo en textos con diversidad de códigos) nos iremos acercando a una noción más cercana a la de transformación y la de traducción (clásica) se nos irá quedando muy corta (basta con ver cómo en la localización, la transcreación y demás se han tenido que buscar ya otros nombres, aunque ya es otro debate completamente diferente).

        ¡Espero que podamos seguir hablando de todo esto en algún congreso presencial!

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      Javier Adrada de la Torre

      Comentó el 11/12/2020 a las 11:28:03

      Hola, Núria. El paradigma que propone Derrida me parece interesante pero, he de confesar, me plantea algunos conflictos. Mi primera pregunta sería la siguiente: ¿acaso no es igual de romántico y esencialista hablar de intraducibilidad como de absoluta traducibilidad?, ¿no son dos caras de la misma moneda idealista y, creo, superada hace tiempo por la crítica post-estructuralista? ¿Por qué crear dos categorías que no se corresponden con la realidad solo para afirmar que la única categoría intermedia es la válida, cuando resulta evidente?

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        Núria Molines Galarza

        Comentó el 12/12/2020 a las 11:44:38

        Hola, Javier. ¡Muchas gracias por tus preguntas! Esto da para una charla muy larga. Voy a intentar no extenderme mucho.

        Por esencialistas que sean esas categorías, la cuestión es que están y que lo que propone Derrrida es, justamente, repensarlas y ver si hay grises en ese blanco y negro (igual que hará con significado/significante; habla/escritura).

        En el fondo, esos dos extremos son, precisamente, dos extremos (el del texto escrito en un lenguaje privado y el del texto absolutamente cerrado de sentido) que no se corresponden, en la mayoría de los casos, con aquello a lo que nos enfrentamos a la hora de traducir cada día. Él lo plantea en términos más teóricos en Journal de Bord: si un texto es totalmente traducible, desaparece como escritura, como cuerpo de lengua; si es totalmente intraducible, muere enseguida. Él no pretende quedarse con el binomio traducible/intraducible, claro, sino, como con el resto de binomios jerarquizantes de la metafísica, criticarlos y plantear que quizá no son dos categorías totalmente separadas, sino que hay vasos comunicantes entre ellas. De ahí el texto im-posible de traducir. Esas otras dos categorías yo creo que nos sirven para pensar, por comparación, qué tipo de responsabilidad e intervención exigen. Si bien la categoría de lo absolutamente intraducible es la menos fructífera para reflexionar (mencioné los tres modos de posibilidad para que no quedara coja la cosa, ya que él describe esos tres modos, aunque al de lo absolutamente imposible apenas le dedica atención), quizá la de lo absolutamente traducible (vistos ciertos avances en campos como, por ejemplo, la traducción automática), aunque no nos la creamos del todo si lo miramos desde un punto de vista posestructuralista, creo que sí que puede servir para plantear ciertas críticas. Por poner un ejemplo, en la t. automática, cuandos se hace pretraducción, cuando se prepara un texto de antemano para que sea absolutamente posible de traducir por una máquina, está ahí esa ambición (y se usa, y se comercializa y cada vez se extiende más, hasta en ámbitos como el de la traducción literaria, en el que ya hay proyectos europeos de gran envergadura que investigan las posibilidades de la TA en este campo).

        ¡En fin, da para muchisimo esta charla, espero que coincidamos en algún congreso en persona y podamos seguir con ella!

        ¡Gracias de nuevo!

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      María Calzada Pérez

      Comentó el 09/12/2020 a las 21:30:45

      Estimada Núria:
      Qué interesante tu presentación. Te la agradezco de verdad porque es con pensadores de calado (posmodernos, desconstructivos) como Derrida con los que realmente vibra nuestro corazón, nuestra mente e incluso nuestro cuerpo (ese cuerpo foucauldiano). Me ha encantado.
      Ahora reflexiono contigo y te pregunto. Según he interpretado existe un texto muerto y otro que muere y existe el texto im/posible. Son artefactos externos (que vienen vinculados a connotaciones distintas, a veces incluso prejuiciadas y hasta cierto punto predeterminadas). Así, un manual de instrucciones es un texto muerto (y como tal yo he interpretado de tu presentación que inferior al texto im/posible); existe un texto privado, con una lengua propia, por ejemplo, que muere (y por tanto también he interpretado que inferior al im/posible). Y finalmente en OTRO espacio (prefiero que sea en OTRO espacio y no entremedias) está lo im/posible (ligado a las pulsiones de la creación, la pasión...). Y sin embargo, ¿no está esa pasión, esa creación en el interior del ser humano? ¿No somos nosotrAs las que decidimos qué texto está muerto y cuál muere; no somos nosotrAs las que decidimos convertir (con NUESTRA pasión) lo que vivimos/traducimos en un texto im/posible? ¿No puede el ser humano descubrir (o no) todos los sopetones de un manual de instrucciones? ¿Y no puede el ser humano impedir (o no) que muera algo (no alguien, por desgracia) definitiva y rotundamente moribundo? ¿Existe el acontecimiento fuera de nuestra mirada?

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        Núria Molines Galarza

        Comentó el 10/12/2020 a las 20:28:02

        Hola, María:

        Muchísimas gracias por tu reflexión y tus preguntas, de verdad. Me han faltado muchos minutos para intentar decir las cosas con más matices, la verdad, así que agradezco lo que me planteas para poder expresarme mejor.

        Derrida en ningún momento habla de que un texto sea inferior a otro, habla de muerto en sentido de posibilidades de transformación en el otro, de que siga viviendo a través de la interpretación de otros. Pongo el ejemplo del manual de instruccciones por ser, quizá, de los lenguajes más cerrados y con menos posibilidades de interpretación (de ahí que un buen traductor automático pueda dar tan buenos resultados), precisamente porque su función es dar una información lo más clara posible, así, se ha "pretraducido" a un lenguaje que no permite interpretaciones. Esto sería el extremo, claro, luego, cada día, nos encontramos con ejemplos de textos técnicos donde hay ambigüedades, pero lo que yo me pregunto aquí es, ¿que las haya fue algo intencional de quien lo escribió o un error/mala redacción según el propósito que ha de cumplir? En un texto absolutamente posible de traducir, en verdad, no puede haber acontecimiento, porque estamos explicitando un programa de posibilidades que nos vienen dadas (habrá dificultades. Es como una operación matemática, nos puede costar más o menos de resolver, pero se puede.

        Aquí la crítica que se podría hacer, claro, es si acaso no todos los textos están en ese im/posible, en mayor o menor grado. Creo que Derrida, para esto, tiene una mentalidad que quizá está un poco fuera de la órbita de los estudios de traducción (y se le nota). También es una cosa muy de la época y más entre filósofos, primar la traducción literaria/ensayística.

        Sigo con del muerto/que muere/pervivencia. En la conferencia no me he podido extender mucho sobre esto, pero parte de esas ideas surgen de "La tarea del traductor", de Walter Benjamin, que Derrida lee atentamente en "Des Tours de Babel". Ahí se habla de la estructura de pervivencia de ciertos textos (sobre todo literarios), textos que están abiertos al otro, como por acabar, una estructura que (aunque no venga nadie a traducirlo), está en el texto y se materializa en todos sus puntos oscuros, posibles lecturas/traducciones. No sé si un texto puramente técnico (no hablo aquí de ensayos de temas científico-técnicos) tendría esa estructura de pervivencia, la verdad, pero la seguiré rumiando.

        De nuestra voluntad sí que surge darle otra vida a un texto, pero aquí la pregunta que te devuelvo es: ¿podemos devolver a la vida aquello que está muerto? No lo sé... Moribundo aún, como tú dices. Los sopetones, en un manual de instrucciones (y esto con matices, claro), quizá son más dificultades terminológicas, de comprensión de un término, pero no abismos insalvables (y, lo dicho, habrá manuales y manuales). En cambio, cuando esos sopetones son imposibilidades reales (entendidas como algo que nos obliga a transformar nuestra lengua, a meter algo en la traducción que no estaba en el original), quizá sí que pueden dar pie a un acontecimiento, que solo puede suceder ante lo imposible, nunca ante algo que era posible de antemano.

        No sé si he conseguido explicarme mucho, María, pero tenemos una conversación pendiente en la UJI (cuando se pueda). ¡Un abrazo!

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      Silvia Helena Benchimol Barros

      Comentó el 08/12/2020 a las 15:26:05

      Querida Núria, me gustan mucho las reflexiones sobre los aspectos filosóficos de la traducción. Por eso me atrajo su fuerza. Me pregunto si considera el texto científico como un ejemplo de texto muerto (totalmente posible), aunque se considere que el texto científico contiene una ideología y ciertos grados de subjetividad. Y otra cosa que me gustaría saber es si usas estas 3 modalidades textuales como recursos didácticos y reflexion sobre el evento de "transformación"

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        Núria Molines Galarza

        Comentó el 10/12/2020 a las 20:32:02

        Hola, Silvia Helena:

        Creo que un texto científico, per se, no tiene por qué caer en el lado de lo absolutamente posible (pienso, por ejemplo, en un ensayo científico, en una tesis doctoral, en un artículo divulgativo...). Otra cosa sería, quizá, el texto científico-técnico que está plenamente cerrado en términos de sentido (cabría preguntarse si realmente existe uno así).

        No he usado (de momento) las tres modalidades en docencia, pero sí que les planteo (en clases de Traducción Literaria) la noción de transformación, así como las implicaciones éticas que conlleva aquello que hacemos con los textos al dejar algo nuestro en ellos mediante este proceso transformador.

        Gracias por sus preguntas.

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          Julián Sancha Vázquez

          Comentó el 11/12/2020 a las 11:33:11

          Hola, Nuria y compañeros:

          ¡Qué debate tan interesante...! Justamente me preguntaba sobre esto puesto que al fin de mi tesis tuve muchas dudas sobre el exceso de "lenguaje metafórico" con el que solía imbuir mi "prosa científica", lo que sabemos todos que no es de mucho gusto en la Academia en general; sin embargo, pensé que el texto estaría "muerto", de algún modo, y uso la misma metáfora derridiana, por ser demasiado "posible" a ojos del que lo lee (tal y como si fuera un libro de instrucciones de una lavadora, donde todo está ya cerrado de antemano... y no hay atisbo para la creación), de no darse cierta capacidad creativa dentro del mismo aunque se tratase de un texto académico. Es difícil pero creo que cabe el lenguaje metafórico y la creación im/posible dentro del texto académico aunque hay que hacerlo con sumo cuidado y cuidando si lo que se dice sigue siendo pertinente respecto del tema tratado o es ya mera floritura (evidentemente, no estamos construyendo un cuento o una novela...). En fin, más que una pregunta me acerqué simplemente para continuar la conversación y dejar algunas de las reflexiones que me pasaron por la cabeza. Enhorabuena por tan fantástica presentación que aborda los límites de lo "traducido" (o "transformado")... que me hizo pensar en Borges, quien creo que decía que la traducción de un poema nunca sería eso, si no, en todo caso ya, nueva creación, literatura, reescritura, y en este sentido el traductor pasa a ser "creador".

          Gracias.

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