CÓD.N03-S01-12 ONLINE

Los trastornos de la conducta alimentaria: una aproximación sociológica

Introducción: Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) alcanzan una prevalencia del 2% de las mujeres jóvenes, mientras que el caso de los hombres son entre el 5 y el 10% del total de las personas enfermas (Faus, 2015; Hudson, Hiripi, Pope y Kessler, 2007; Strother, Lemberg, Standford y Tumberville, 2012). Además, la investigación sitúa el nivel de moartalidad de este tipo de trastornos en torno al 15-20% en personas de más de 20 años (Calado y Lameiras, 2014).

Por otro lado, la investigación plantea modelos multicuasales y multidimensionales para explicar la etiología de los TCA, asignando un importante papel a los factores sociales intervinientes.

Objetivos: Describir e interpretar la percepción social del alumnado de ciencias de la salud sobre los TCA.

Detectar si hace aparición el estigma en la percepción del estudiantado de este tipo de trastornos.

Analizar si los conocimientos que se le van proporcionando al alumnado modifican de alguna manera la percepción de los TCA.

Metodología: Investigación multimétodo realizada mediante: encuesta al alumnado de psicología, trabajo social y medicina de Galicia (803 cuestionarios). Se les pasa dos veces, en dos cursos escolares consecutivos, el mismo cuestionario (usando viñetas clínicas y basados en los usados dentro de la Alfabetización en Salud Mental, Mental Health Literacy). Se llevan a cabo, además, tres grupos de discusión, uno por cada uno de los grados mencionados, cuyos participantes fueron seleccionados de entre el estudiantado que había cubierto antes la encuesta. Se hace uso de la Sociología visual, mostrándole a los/las participantes de los grupos de discusión dos fotografías, una de una chica con anorexia y otra de un joven con un problema de vigorexia.

Resultados: Se comprueba un bajo nivel de reconocimiento de este tipo de trastornos. Se observa cómo la variable género se convierte en explicativa para entender los resultados en relación a la percepción de la causa y tratamiento de los TCA.

Además, se detecta la presencia de estigma en la percepción de las personas con TCA, siendo consideradas personas débiles (30% de los encuestados/as) e imprevisibles (casi el 27%). Mostrándose a mayores cierto deseo de distancia social hacia estas personas.

Conclusiones: Los imaginarios sociales que orientan la percepción social de los TCA del estudiantado se muestran muy estables a lo largo del tiempo y sostienen algunos estereotipos de género que pueden llegar a convertirse en correa de transmisión de la violencia simbólica social hacia las mujeres por parte del alumnado.

 

Palabras clave

Encuesta Estereotipos de género Factores sociales Trastornos de la conducta alimentaria

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Preguntas y comentarios al autor/es

Hay 5 comentarios en esta ponencia

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      MARIA ROSA GOMEZ MARTINEZ

      Comentó el 10/12/2020 a las 19:04:35

      Buenas tardes, muy interesante su investigación. Mi pregunta: ¿qué estrategias podemos poner en marcha para reducir estos estereotipos de género hacia las mujeres? gracias

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        Juan José Labora González

        Comentó el 11/12/2020 a las 09:58:37

        Hola María Rosa, en primer lugar agradecer su interés por nuestra investigación.
        En cuanto a la pregunta que nos plantea hacerle algún comentario. Personalmente esta investigación y alguna posterior que he realizado planteando los mismos interrogantes, pero utilizando como muestra profesionales con una amplia vida laboral, de estas mismas disciplinas (Psiquiatría, Psicología y Trabajo Social), me ha dejado claro el poder de los imaginarios sociales, como estructuras estables a las que ni los conocimientos, ni la experiencia laboral afectan. Es por ello que campañas de sensibilización al uso creo que no son efectivas. Lo que si ha demostrado su influencia en la percepción social de las personas, reduciendo el nivel de estigma asignado y los estereotipos que ello implica es el hecho de tener contacto directo con personas que presentan este tipo de trastornos. Por el momento me vengo preguntando cómo utilizar esto para darle traslado a las campañas de prevención y sensibilización y aunque todavía es algo que no tengo perfilado, creo que en vez de, por ejemplo, una campaña en que determinados profesionales vayan a institutos u otras instituciones a dar charlas, sería mucho más efectivo que fuesen personas con este tipo de trastornos o que ya estuviesen recuperadas las que contasen su experiencia con este tipo de trastornos. Además, es muy importante que entre todos/as demos visibilidad a lo que se viene llamando los cuerpos disidentes, en contra de esa imagen prescrita por el imaginario patriarcal que no es real y que es patológica en sí misma. Reclamar el derecho a la diferencia en el cuerpo que somos es muy importante ya que eso genera identidad y reduce los malestares que pueden tener las personas. Evidentemente, modificar esto en una sociedad hiperconectada y saturada de información como es la nuestra no es fácil, pero creo que tenemos que ser todos/as conscientes de que en este asunto esto es responsabilidad de todos/as y cada uno/a cuando subimos determinadas fotos retocadas a las redes sociales, cuando se eligen a supermodelos con cuerpos enfermos, cuando se le marcan a las niñas modelos a seguir encarnados en una muñeca Barbie cuyo cuerpo no sería funcional si fuese una persona real, etc. En fin, creo que todos/as tenemos que ser activistas en esta lucha que se está dando y que muchas mujeres pagan con su vida.
        Muchas gracias, espero haber contestado a su pregunta.

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      Luciola Marques

      Comentó el 10/12/2020 a las 15:48:08

      Olá Juan José Labora González, Enrique Fernandez Vilas e Lorena Añón Loureiro, em primeiro lugar quero parabenizá-los pelo trabalho inovador, em seguida gostaria perguntar sobre o fato mencionado de que os idosos apresentam um certo desejo de distância social em relação a essas pessoas, como chegaram a esta constatação? Quais os prováveis motivos para tal atitude? Tem um gênero de idosos que predomina neste desejo? Grata, Lucíola Marques

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        Juan José Labora González

        Comentó el 11/12/2020 a las 09:41:42

        Hola Lucíola, en primer lugar agradecer el interés por este asunto y, por supuesto, sus preguntas. En cuanto a los interrogantes que nos plantea hacerle algunos comentarios. En primer lugar, señalar que nuestra investigación tiene como sujetos de investigación a estudiantes de segundo y tercero de carrera, es decir, personas de unos 20 años. En cualquier caso, señalar que en la literatura se pueden encontrar investigaciones sobre trastornos de la conducta alimentaria en personas de tercera edad (idosos). Pero creo que el imaginario social prescribe que este tipo de trastornos sólo se dan en personas jóvenes, cosa que no es cierta. Si bien es correcto el que la mayor prevalencia de este tipo de trastornos se inician y se dan en la juventud, también es cierto que el 30% se curan (quedando sólo algunos síntomas), el 30% se cronifican con un nivel de sintomatología de alto nivel y el 30% de las personas diagnosticadas fallecen debido al trastorno. Por otro lado, en cuanto a cómo identificamos el deseo de distancia social, dentro del cuestionario una de las preguntas que se le plantearon a las personas es: 20. De las siguientes afirmaciones. Indica en qué medida ESTARÍAS TÚ dispuesto/a a:
        De ningún modo Con muchas reticencias Neutral Con alguna reticencia Sin ningún problema
        Pasar el fin de semana con Carlos
        Trabajar en un proyecto o grupo con Carlos
        Invitar a Carlos a tu casa
        Ir a casa de Carlos
        Ser amigo personal de Carlos
        Tener una relación sentimental con Carlos
        asumiendo la forma técnica de una Escala de Likert graduada entre 1 y 5. Así se mide el grado de relación social que estarían dispuestos a asumir, desde un contacto superficial, hasta el hecho de llegar a mantener una relación sentimental, que, de hecho, es la relación que un mayor tanto por ciento de las personas rechaza de plano. En cuanto a los motivos que generan este tipo de planteamientos, esto viene vehiculado por el estigma social asociado a este tipo de trastornos, nosotros partimos de la definición clásica de Erving Goffman (2012), pero la complementamos con las actualización que viene haciendo la socióloga Berenice Pescosolido (2015), en este sentido utilizamos como dimensiones presentes en el estigma: la distancia social, los prejuicios, los sentimientos de exclusión, los afectos negativos y la percepción de peligrosidad. En este sentido, los resultados de nuestra investigación en cuanto al estigma coinciden con los resultados de investigaciones previas dado que concluimos que alrededor del 30% de las personas encuestadas muestran una percepción afectada por el estigma social que hace que vean a las personas con este tipo de diagnósticos como personas débiles, que podrían salir por sí mismas de esta situación y que no estarían dispuestas a mantener una relación social de cierta intensidad con una persona que tuviera este trastornos ya que a través de los grupos de discusión se pudo comprobar que además se ve a las personas que tienen este tipo de trastornos como personas "mentirosas", "manipuladoras", "conflictivas", etc.
        Muchas gracias y espero haber contestado a su pregunta. Le incluyo a continuación las referencias bibliográficas por si son de su interés:
        Gofmann, E. (2012/1963). Estigma. La identidad deteriorada. Buenos Aires: Amorrortu.
        Martin, J.K., Lang, A. y Olafsdottir, S. (2008). Rethinking Theoretical Approaches to Stigma: A Framework integrating Normative Influences on Stigma (FINIS). Sociological Science Medicine, 67(3), 431-440. doi: 10.1016/j.socscimed.2008.03.018.
        Pescosolido, B.A. y Martin, J.K. (2015). The Sitgma Complex. Annual Review of Sociology, 41, 87-116. doi: 10.1146/annurev-soc-071312-145702.

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          Juan José Labora González

          Comentó el 11/12/2020 a las 11:29:38

          Además de lo comentado el deseo de distancia social se midió también a través de una pregunta en la que se le planteaba a las personas encuestadas si estaban muy de acuerdo, de acuerdo, ni acuerdo ni en desacuerdo, en desacuerdo o muy en desacuerdo con la afirmación de que para no tener un trastorno de este estilo la mejor manera es alejarse de ella.
          Gracias, y perdón por el olvido,

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