CÓD.N03-S05-06 ONLINE

De lo que no se habla (en la escuela)

Existe una realidad silenciada, invisible, que se les niega a los niños/as por la naturaleza de la misma: dramática, tensa, dolorosa… ¿Qué ocurriría, si desde la escuela, la Filosofía para Niños nos sirviera como una herramienta metodológica para sacar a relucir esa realidad-compuesta por tabúes sociales: la muerte, la violencia en todas sus vertientes, la diversidad familiar…- dando una oportunidad a los niños/as a que piensen acerca de la realidad-en su totalidad- de forma crítica, creativa, cuidadosa, es decir, de forma reflexiva y libre?

Palabras clave

educación transformadora. escuela Filosofía para Niños socialización tabúes sociales

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Gloria Aspas Paredes

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Hay 15 comentarios en esta ponencia

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      Ramon Blanco-Barrera

      Comentó el 12/12/2020 a las 23:56:36

      Estimada Gloria:

      Su trabajo lo plantea de una manera muy interesante, enhorabuena. Su propuesta ayudaría muchísimo en cuanto al crecimiento y devenir discente, teniendo en cuenta el poder transformador que proviene de la curiosidad de los menores. Las pautas que plantea son igualmente interesantes, ofreciendo una guía de ayuda en esta línea activa de pensamiento. Me gustaría preguntarle: ¿cómo lo implementaría en los currículos educativos provenientes de los agentes políticos? ¿Cómo se podría concienciar sobre este hecho de una manera efectiva como para que pueda escucharse a nivel político-social?

      Muchas gracias de antemano y reciba un cordial saludo,
      Ramón

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        Gloria Aspas Paredes

        Comentó el 20/12/2020 a las 15:18:24

        Buenas tardes, Ramón:
        Disculpa la demora. Muchas gracias por tus palabras y tus preguntas.
        Con respecto a la primera de ellas, la autonomía del niño/a en la interacción con el entorno social, físico y cultural, la construcción paulatina de su identidad, la reflexión crítica y el conocimiento de la realidad que les rodea, es decir, su entorno, entre otros aspectos, son elementos que ya están contemplados en niveles iniciales educativos como la Educación Infantil, en la orden del 5 de agosto de 2008 por el que se desarrolla el Currículo correspondiente a la Educación Infantil de Andalucía. Sin embargo, sería una cuestión interesante contemplar una educación para la ciudadanía, otorgándole un espacio y un tiempo para el trabajo durante la jornada escolar.

        Haciendo alusión a tu segunda pregunta, y al no tratarse de una cuestión baladí, considero que habría que buscar una forma eficaz de concienciar sobre la importancia de este hecho, partiendo de la base de la sociedad y los agentes individuales (familia, escuela…), e ir escalando hasta llegar a las esferas políticas a partir de la concienciación de los mismos (agentes de comunicación…).

        Saludos cordiales,
        Gloria A.

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      Daniel David Martínez Romera

      Comentó el 11/12/2020 a las 14:33:41

      Una propuesta muy interesante, enhorabuena. Es una cuestión que de forma tangencial he abordado en alguna ocasión. La formación del niño como ciudadano también lleva aparejada la relación que debe mantener en el seno familiar. Si en la escuela se promueve una forma de enfrentarse a la realidad y en la familia otra, se genera una tensión que es necesario considerar. Un ejemplo sencillo que me viene a la mente en relación al aprendizaje no sesgado de la realidad es el papel de la mentira. En edades tempranas como infantil o primaria, se podrían producir algunos conflictos de compleja resolución. Así, algunos trabajos apuntan a que nunca hay que mentirles a los niños, hay que decirles las cosas en términos accesibles pero sin falsearlas. Esto puede llevar a plantearse el papel de la mentira y el desengaño como proceso formativo en la especie: ¿deben creer que el ratoncito Pérez? ¿los reyes magos? En mi experiencia, esto lleva a debates muy apasionados en los que la cultura entra en escena, como marco de referencia. ¿Cuál sería su postura al respecto?
      Un saludo

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        Gloria Aspas Paredes

        Comentó el 11/12/2020 a las 16:38:35

        Buenas tardes, Daniel David:
        Le agradezco sus preguntas y sus palabras. Me parecen muy interesantes las ideas que propone. En el ámbito educativo, como comenta, existe una verdadera preocupación por que lo que se enseña-aprende en la escuela no difiera o entre en conflicto con el mismo proceso llevado a cabo en la esfera familiar, es decir, que haya cierta “continuidad”/coherencia en el proceso y no se produzca en el niño/a una disonancia cognitiva –en relación a las ideas, emociones, creencias…–. Al igual que usted, me posiciono en contra de mentir a los niños/as o proporcionarles verdades “parciales”/falseadas que difieran de la realidad. Sin embargo, y aunque los profesionales de la educación traten de abogar por la continuidad del proceso de E-A, en ocasiones, resulta utópico por la multitud de variables que entran en juego e influyen en este proceso -variables sociales, variables institucionales, variables familiares, variables individuales…-.

        Por ello, quizás habría que utilizar la existencia de esta tensión/ disonancia cognitiva/conflicto cognitivo que se da en el sujeto, fruto de la incongruencia entre las ideas o divergencia de las mismas, como un estímulo para la reflexión y el cuestionamiento filosófico desde una perspectiva multidimensional del pensamiento, cuyo objetivo sea que el propio niño/a trate de buscar una “solución”, una nueva interpretación en cuanto a sus pensamientos, creencias…mediante la modificación de las mismas o generación de nuevas, para tratar de disminuir el conflicto interno que ha supuesto para el propio individuo.

        Con respecto a su última pregunta, considero que habría que abogar por la existencia de una educación que dote de herramientas al alumnado para que pensara de forma crítica, creativa y cuidadosa, es decir, para que pensase de forma autónoma y libre, y crea en lo que quiera desde su individualidad, no en lo que “deba” creer. Para ello, primeramente se debería superar el papel de la educación como mera reproductora de los valores imperantes de nuestra sociedad.
        Saludos cordiales,
        Gloria Aspas.

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      Pablo Pérez Espigares

      Comentó el 11/12/2020 a las 10:44:47

      Hola, Gloria. Enhorabuena por tu trabajo y tu entusiasmo. Tras escucharte, me pregunto si en tu línea de investigación en educación y en concreto en el máster que estás cursando sobre necesidades educativas especiales, hay alguna metodología pedagógica para abordar y tratar adecuadamente la inclusión de niños y niñas extranjeros. Mi inquietud también viene motivada por el hecho de que si esos tabúes -como tú bien dices en la comunicación- son una construcción social, quizá los chicos y chicas que vienen de otras culturas tienen una percepción distinta de los mismos y otra forma de abordarlos. Muchas gracias, un cordial saludo

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        Gloria Aspas Paredes

        Comentó el 11/12/2020 a las 11:02:43

        Buenos días, Pablo:
        Muchas gracias por tus palabras. Con respecto a las metodologías inclusivas acerca de las que preguntas, podríamos optar por metodologías tales como las comunidades de aprendizaje, el aprendizaje dialógico, la formación de grupos interactivos (heterogéneos), el aprendizaje por proyectos (desde una perspectiva global, teniendo en cuenta el entorno inmediato del alumnado), entre otras –algunas de ellas presentes en el trabajo de FpN-.

        Haciendo alusión a la segunda cuestión, la riqueza de esta propuesta proviene de la diversidad existente en cuanto a pensamientos, creencias, valores, opiniones, perspectivas…hecho del que nos enriqueceríamos todos durante la discusión/diálogo filosófico resultante dentro de nuestra comunidad de investigación.
        Saludos cordiales,
        Gloria Aspas.

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      Maria del Mar Garcia-Jimenez

      Comentó el 10/12/2020 a las 17:47:24

      Estimada Gloria.
      En primer lugar felicitarte por tu aportación. Me gustaría señalar que en el actual contexto educativo no universitario existe cierta tendencia orientada a abordar algunos de los temas denominados tabús a través de proyectos de coeducación. Dicha tendencia se ha visto amplificada por la actual situación de pandemia en, por ejemplo, la necesidad de conectar a la muerte con el seguimiento de las normas de seguridad sanitaria. Quisiera consultarte cómo abordarías estos temas “espinosos” en lo relativo a la atención a la diversidad -en sus amplias variables- dentro de una misma clase, y ante una realidad como una ratio de alumno por clase en ocasiones bastante alta.
      Gracias de antemano y un saludo

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        Gloria Aspas Paredes

        Comentó el 11/12/2020 a las 08:53:43

        Buenos días, María del Mar:
        Muchas gracias por tus preguntas, y aportación, me han hecho seguir reflexionando y preguntándome. La situación que desgraciadamente estamos viviendo, no hace más que poner de relieve la presencia y relevancia de estos tabúes en el día a día, y por ende, la importancia de que sean tratados y abordados desde la escuela para que los niños/jóvenes se puedan formar una opinión –propia- crítica, creativa y cuidadosa desde su individualidad, de forma autónoma y libre.

        Con respecto al abordaje teniendo en cuenta la diversidad –funcional o no- en el aula, se deberían estudiar, en un primer momento, las necesidades educativas que presenta el alumnado para ofrecer una acción educativa adecuada y acorde a las mismas, que asegurara la participación de todos en las sesiones –ya que si no, ¿dónde quedaría el carácter democrático de nuestra comunidad?-. Así, habría que plantearse la realización de adaptaciones curriculares no significativas, sobre todo relacionadas con el acceso, tales como la adaptación, organización y planificación de los espacios -facilitando la movilidad- y tiempos –estableciendo rutinas-; la adaptación de los materiales (prevalencia de lo sensorial) y de la comunicación al mayor número de canales y alternativas posibles (Sistemas Alternativos y Aumentativos de Comunicación, lengua de signos, Braille…)…

        Haciendo alusión a la ratio, creo que sería relevante el establecimiento consensuado de reglas uniformes para toda la comunidad de indagación, facilitando que las consideraran “suyas”, propias, y por ende, el desarrollo natural de las sesiones/dinámicas.
        Un saludo cordial,
        Gloria Aspas.

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      Emilio Lucio-Villegas

      Comentó el 10/12/2020 a las 17:04:44

      Muchas gracias Gloria por la comunicación, que me parece que aborda un tema espinoso de forma valiente. A mi me despierta algunas dudas. La primera es que la escuela no es algo aislado de la sociedad y de las familias - como estamos viendo ahora con los movimientos contra la educació sexual en la escuela, por ejemplo. ¿Cómo abordar estos temas cuando la comunidad se posiciona en contra?
      Una segunda duda tiene que ver con el papel de los profesores y profesoras. Es posible que algunos tengan grandes resistencias a abordar ciertos temas, no por cuestiones ideológicas, sino porque todos somos humanos y no nos guta hablar de la muerte, por ejemplo. ¿Cómo resolver ese asunto? La formación de profesorado se concentra en trabajar cuestiones didácticas, pero no emocionales.
      Finalmente, me parece que los niños y las niñas son personas muy sensibles a ciertos asuntos y, además, muy diversos ¿Cómo se puede conectar el trabajo colectivo, la individualidad y la sensibilidad en tu propuesta?
      Gracias
      Saludos

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        Gloria Aspas Paredes

        Comentó el 11/12/2020 a las 08:23:05

        Buenos días, Emilio:
        Muchas gracias por tus palabras y tus preguntas, me han hecho seguir reflexionando sobre el asunto. Como acertadamente indicas en la pregunta, la escuela, aunque también se trata de uno de los muchos agentes de socialización, a su vez se encuentra influenciada a nivel social y cultural por otros agentes. Por ello, en el texto, en primer lugar, planteo una reunión de contacto inicial y acercamiento a la Filosofía para Niños (qué es, objetivos, metodología, rol del alumno-facilitador…) con las familias, para que de esta forma conozcan nuestra forma de proceder (transparencia y retroalimentación continua), así como recaería en los aspectos positivos que se derivan del trabajo con dicha metodología y temáticas.

        Asimismo, consideraría fundamental reflejar la “esencia” de dicha propuesta, es decir, no se trataría de hablar “a” los niños/jóvenes de ciertas temáticas –en este caso, tabúes-, sino de hablar “con” ellos, ofreciéndoles un contexto determinado –la comunidad de indagación- donde únicamente actuaríamos como problematizadores de la discusión, guías/orientadores...y en la que se fraguaría una auténtica discusión filosófica, donde la máxima sería pensar de forma razonadamente.

        Quizás, en el punto que comentas, sería interesante trabajar primeramente con las familias acerca de esa incomodidad por los tabúes, y por ende, el rechazo que presentan, abordando dichas cuestiones en sesiones de FpN donde fueran partícipes activos de la comunidad de investigación.
        Con respecto a tu última pregunta, una de las características principales de la FpN y que se debería ver reflejado en las sesiones/talleres es el papel activo y protagónico de los participantes, por lo que planteo que las cuestiones que se debatan en las sesiones partan de ellos mismos, de sus vivencias/experiencias cercanas –tomando de referencia la Teoría del Aprendizaje Experiencial-, motivadas por la pregunta de los temas sobre los cuales les gustaría discutir/reflexionar –de forma crítica, creativa y cuidadosa- y que no les han dado la oportunidad, ya que cuando se han preguntado y preguntado a las personas de su entorno inmediato –movidos por el asombro, la curiosidad y/o necesidad- han sido ignorados o instados a que no hablen de “eso”.

        Un saludo cordial,
        Gloria Aspas.

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      Laura Mª Aliaga Aguza

      Comentó el 10/12/2020 a las 13:21:11

      Estimada Gloria:
      Enhorabuena por tu comunicación.
      Me parece muy interesante tu propuesta. Sin embargo, encuentro un par de cuestiones que me plantean la duda de cómo abordar esta temática en el aula. Por ejemplo, algunos de los temas que planteas son temas tabús dentro de las familias, ¿cómo harías para aquellas familias que no deseen hablar a sus hijos sobre la muerte (por citar una de tantos)? Asimismo, este mismo tema, dependiendo de la religión de cada familia se aborda de una forma o de otra. ¿Cómo lo plasmarías en el aula?
      Muchas gracias.
      Un saludo,
      Laura Aliaga

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        Gloria Aspas Paredes

        Comentó el 11/12/2020 a las 00:42:25

        Buenas tardes, Laura.

        Muchas gracias por las preguntas, me alegro de que te haya parecido interesante la propuesta.

        En primer lugar, y como contemplo en el texto, pretendería -antes de llevarse a cabo cualquier propuesta con el alumnado-, realizar una reunión con los familiares para la presentación de la misma y el acercamiento teórico a la Filosofía para Niños (qué es, qué objetivos persigue, la metodología empleada, el rol del alumno y del profesor –en este caso, facilitador-…), así como las implicaciones positivas derivadas de su práctica (desarrollo del pensamiento multidimensional, conformado por el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso; el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y cognitivas; el desarrollo de valores democráticos…), haciendo especial hincapié en esto último
        .
        Asimismo, planteo la importancia de mantener un contacto continuo, estrecho y transparente con las familias en forma de retroalimentación por diversos cauces (participación en la comunidad de investigación con el aporte de materiales, visitas…), para que puedan ver en todo momento qué estamos haciendo, cómo trabajamos, la propia “evolución” de sus hijos/as… Con respecto a este último aspecto, sería interesante que se plantearan la visión que tienen de la infancia –idealizada, bucólica, frágil, “incapacitante”…-y por ende, cómo consideran, actúan y se relacionan con sus hijos/as.

        Si persistiera la negativa de la familia, siempre estaría abierta la posibilidad de desarrollar con las mismas un taller de Filosofía para Niños sobre cualquier temática que ellas propongan, y por qué no, concretamente, de las razones a favor y en contra de abordar los tabúes sociales con los niños/as. En este punto, tal y como planteas en tu pregunta, se trataría de transmitir la idea de que no se trata de hablar “a” los niños sobre la muerte desde una posición vertical, sino de dar la posibilidad de que en un contexto determinado –la comunidad de indagación- reflexionen, se cuestionen y dialoguen filosóficamente, de forma crítica y conjunta, siguiendo la máxima de “pensar consistentemente” sobre temas que están presentes en su día a día y acerca de los que se cuestionan, y lamentablemente, en las circunstancias que nos atañen actualmente con respecto a este tabú, resultan tan cercanos, ya que provienen de su entorno inmediato, como es el caso de la COVID-19 (desde una posición horizontal).

        Con respecto a la temática de la religión, persistiría en la misma idea: no se trata de aleccionar ni inculcar una serie de conocimientos/ideas/valores/creencias, sino de utilizar los conocimientos previos que tienen los niños/as, es decir, qué es lo que conocen acerca de la diversidad de religiones a partir de lo que les han explicado determinados agentes de socialización o han experimentado/vivido, para ponerlo en común e invitar a la reflexión crítica, grupal, a que se formen opiniones propias y actúen como ciudadanos libres, autónomos y democráticos, llegando a sus propias conclusiones, desde su individualidad. En este proceso, el profesor se convierte en un mero facilitador de la discusión filosófica, es decir, la guía y orientación –sin realizar aportaciones que puedan influir en su desarrollo, salvo para facilitar una mayor indagación y cuestionamiento por parte del alumnado-.

        Saludos cordiales,
        Gloria Aspas.

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      Miguel Palomo

      Comentó el 03/12/2020 a las 21:34:00

      Hola Gloria, es muy interesante tu ponencia y la propuesta que presentas. A la luz de lo que nos cuentas, querría preguntarte: ¿de qué modo se abordarían las sesiones en las que se tratasen estas "cuestiones peliagudas" con los discentes? ¿No podría resultar algo forzado hablar de la muerte y otras cuestiones similares desde la vivencia de los niños sin que salga la cuestión de manera natural? Y también, ¿cómo habría que enfrentarse a las muy posibles críticas o rechazo por parte de las familias a la hora de tratar estas cuestiones en clase? Esto último es referente sobre todo a las diversas opciones políticas y religiosas que poseen las familias hoy en día. Gracias y enhorabuena.

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        Gloria Aspas Paredes

        Comentó el 11/12/2020 a las 09:14:50

        Buenos días, Miguel:
        Muchas gracias por tus palabras y preguntas. Como puedes encontrar en el texto, a grosso modo, he planteado una serie de orientaciones/pautas para el desarrollo de las mismas (la disponibilidad de espacio y tiempo; la comunidad de investigación como metodología; el papel del docente y del alumno; la importancia de la experiencia; el papel de las familias; el planteamiento de actividades y recursos diversos y adaptados -a las características evolutivas, a las particularidades del alumnado y del contexto…-).

        Efectivamente, podría resultar muy forzado, por lo que propongo que las cuestiones que se aborden –relativas a los tabúes sociales- partan de las vivencias/experiencias de vida de los niños/jóvenes –tomando como referencia la Teoría de Aprendizaje Experiencial-, teniendo en cuenta su contexto inmediato, pudiendo orientar las sesiones a partir de la pregunta acerca de los temas que les gustaría hablar y sobre los que han preguntado, y como resultado han sido ignorados o respondidos “que es ‘mejor’ no hablar de ello”. Además, como bien indicas, lamentablemente con la situación actual que nos ha tocado vivir debido a la COVID-19, la muerte es un aspecto de la vida que está muy presente y está teniendo gran visibilidad, y por ende, un tema relevante acerca del que se preguntan y preguntan a las personas más cercanas, ¿por qué no cuestionarnos –desde una perspectiva crítica, creativa y cuidadosa- y reflexionar acerca de ello?

        Con respecto a tu última pregunta, establezco a lo largo del texto varias aspectos que tratarían de evitar el surgimiento de detractores: realizar un contacto inicial y acercamiento a la Filosofía para Niños y a la metodología que se va a llevar a cabo; la transparencia y retroalimentación continua con las familias; la posibilidad de participación de las propias familias en la comunidad de indagación…

        Como alternativa, a raíz de las preguntas que me habéis planteado, he propuesto de forma añadida la posibilidad de abordar con las familias “detractoras” una serie de talleres/sesiones de FpN en el que se trabajaran y se cuestionaran –desde una perspectiva multidimensional del pensamiento- las razones en las que fundamentan su decisión/postura, es decir, ese rechazo (¿fundamentado?) por el abordaje de los tabúes.

        Saludos cordiales,
        Gloria Aspas.

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