CÓD.N03-S07-12 ONLINE

Derecho y discriminación

Las migraciones transnacionales, la integración de la diversidad cultural en los Estados de acogida de inmigrantes, el reconocimiento de sus derechos civiles, económicos y políticos y las condiciones de acceso a la ciudadanía son fenómenos de interés público que nos obligan a repensar las fronteras de la democracia y la someten a una renovación continua. La presencia del extranjero irregular y la llegada masiva de refugiados a las puertas de la UE han tambaleado las bases de nuestra ciudadanía fronteriza, poniendo en tela de juicio los valores comunitarios y desafiando la tradición cosmopolita desde el “afuera” de la Administración Europea. Estas contradicciones prácticas obligan a los teóricos de la justicia y la filosofía política a explorar los límites de la pertenencia, la responsabilidad y la ética en las democracias contemporáneas. El objetivo de conciliar los derechos de libre autogobierno con la afirmación de los derechos humanos universales pasa, necesariamente, por argumentar la vigencia del Estado-nación moderno y problematizar las lógicas divisorias de la soberanía territorial, tan reforzada en nuestros días.

Palabras clave

Benhabib ciudadanía. Refugiados

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Carmen Crespo Catalán

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Preguntas y comentarios al autor/es

Hay 3 comentarios en esta ponencia

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      Carmen Crespo Catalán

      Comentó el 09/12/2020 a las 22:48:36

      Estimado Adrián. En primer lugar gracias por tu comentario.

      La que planteas es una pregunta difícil. La legitimidad del derecho de admisión/rechazo de personas por parte de una comunidad es contingente. Debe ser valorada según su contexto y características. A modo de ejemplo, la libertad y la pervivencia de algunas sociedades premodernas que todavía existen en la actualidad, como los pueblos indígenas de latinoamérica, dependen de su capacidad de autodeterminación territorial. Como minorías inscritas en Estados nacionales superiores, habitantes naturales en tierras de interés económico para el extranjero, están realmente amenazadas. La cuestión es si las migraciones transnacionales suponen, por lo general, la colonización de nuestras sociedades (ya globalizadas y multiculturales). La migración regular es la económicamente capaz, la seleccionada por nuestras administraciones. Si entendemos la migración forzosa (la mano de obra irregular) como un síntoma de los desequilibrios económicos mundiales, la RESPONSABILIDAD sobre las causas de la emigración debe ser asumida por todos. La condición de la nacionalidad del Estado-nación, o la ciudadanía de la UE (que entraña similares lógicas de exclusión), no deben funcionar como dispositivos escudo del egoísmo democrático, del acaparamiento unilateral de los recursos de la humanidad. Las crisis migratorias deben propiciar esfuerzos en cooperación internacional, no en contención del efecto. Dado que los criterios actuales de la discriminación son en razón, ya no de la etnia, sino de la pobreza del otro, lo legítimo teóricamente sería la disolución de las fronteras. Esta es mi opinión, espero que te sirva.

      Un saludo.

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      Adrián Neubauer Esteban

      Comentó el 25/11/2020 a las 16:55:18

      Estimada Carmen:

      Me ha gustado mucho tu comunicación. Me gustaría saber si a tu juicio el Estado-nación sigue teniendo la vigencia y la legitimidad o pertinencia pasada, o si por el contrario, la política y la ciudadanía debe conformarse a partir de organismos internacionales y supranacionales, dejando obsoletos y desfasados los Estados-nación.

      Un saludo y gracias de antemano!

      Responder


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