CÓD.N03-S06-17 ONLINE

Enseñanza y práctica de la filosofía; algunos casos del mundo

Son célebres los fragmentos pedagógicos en los que Kant presenta el dilema entre aprender filosofía o aprender a filosofar; un falso dilema, por cierto, toda vez que no hay una disyuntiva en la afirmación kantiana: es imposible aprender filosofía, se ha de aprender a filosofar.

Ahora bien, la manera en que se aprende a filosofar, es todavía objeto de discusión; los resabios racionalistas de la cultura Occidental, a fin de cuentas herencia tardía de la Ilustración, tiende a dar al aprendizaje de la filosofía un carácter marcadamente intelectual, aunque incluso en Kant aprender a filosofar sea una actividad, esto es, algo que se hace y no algo que se adquiere (o que se aprende), y que raya, por lo demás, con la imposibilidad.

La temática de esta comunicación surge del estupor, en el sentido de desconcierto, que nos causa la resistencia de la educación realmente existente –esa que por mucho que haya novedades e innovación no cambia en lo fundamental, aunque en los tiempos que corren esté obligada a utilizar, por fin, un ordenador conectado a internet– y que parece insistir en la imposible imposibilidad de enseñar filosofía, limitando el ejercicio de la razón a una dimensión estrictamente intelectual. Responde, asimismo, a otro asombro, este en el sentido de duda, ante la posibilidad desaprovechada de ejercitar la filosofía (es decir, filosofar) por medio de actividades prácticas.

Se trata de una perplejidad en estado inicial, por lo que el método elegido para elaborarla es el de la educación comparada. La intención es que la investigación de experiencias externas y sus fundamentos estimulen la reflexión temática y la imaginación práctica.

Los casos que se presentarán para su reflexión son:

1) La incorporación de una asignatura teórico-práctica en los grados de filosofía del consorcio Five College de Massachussets, Estados Unidos. Con un estilo cooperativo, la asignatura permite al estudiantado aprender métodos de filosofía con niños y niñas y enseñar un módulo filosófico en una escuela primaria de la zona.

2) El proyecto Cordées Philosophiques en el que estudiantes de filosofía de la Universidad de Niza en Francia animan talleres en las escuelas del distrito.

3) El Wonder Lab de la Universidad de Aalborg, en Dinamarca, un proyecto con el que se pretende desarrollar una forma alternativa de docencia universitaria que equilibre la investigación y la expresión artística a través de la consideración del asombro.

Palabras clave

Educación comparada Enseñanza de la Filosofía Prácticas Filosóficas

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Hay 12 comentarios en esta ponencia

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      Juan Miguel González Jiménez

      Comentó el 11/12/2020 a las 10:51:20

      Enhorabuena por tu interesantísima ponencia, Miguel. El carácter práctico en las enseñanzas universitarias me parece fundamental y, por desgracia, un aspecto en el que nos queda mucho que avanzar. Por esta razón, como consecuencia de la situación sociosanitaria actual y en el hipotético caso de que se repita, me gustaría preguntarte si conoces algún caso de realización de este tipo de prácticas de forma virtual. Un saludo

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      José Barrientos Rastrojo

      Comentó el 10/12/2020 a las 20:36:58

      Buenas tardes, Miguel:
      Te agradezco tu contribución que me parece atractiva e interesante por sus resonancias foucauldianas.
      Mi pregunta es la siguiente: ¿hasta qué punto no sería necesario enseñar contenidos (además de procedimientos) para poder tener carne para pensar?
      Saludos, Pepe B.

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      Luz Angela Ardila Gutiérrez

      Comentó el 10/12/2020 a las 14:04:46

      Buen día Miguel:
      Gracias por compartir tu trabajo y reflexiones.
      Me surge una inquietud sobre el aprendizaje de la filosofía por fuera de los espacios formales de educación, ¿conoces alguna experiencia que no se haya realizado en escuelas o universidades? y si ¿tendría el mismo efecto? me cuestiona por casos por ejemplo países en los que el acceso a la educación es limitado, ¿cómo enseñar y poner en práctica la filosofía en espacios desescolarizados, siendo tan importante para la vida y las relaciones humanas?
      Gracias por este espacio de conversación.

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        Miguel Mandujano Estrada

        Comentó el 10/12/2020 a las 15:26:37

        Hola Luz,
        Mi interés se centra, en realidad, en el ámbito universitario porque es donde actualmente me encuentro, pero sí, fuera de las escuelas y universidades hay un movimiento, tal vez no unificado pero muy amplio, de "educación" o prácticas filosóficas.
        Seguramente conoces el documento de la UNESCO "La filosofía, una escuela de libertad". Es de 2011 pero todavía un estado de la cuestión bastante atinado. El cap. IV "Otros caminos para descubrir la filosofía" está escrito por Óscar Brenifier, un filósofo que se ha dedicado a trabajar fuera del ámbito académico, en lo que en Francia suele llamarse "filosofía en la ciudad".

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      Gabriel Terol Rojo

      Comentó el 10/12/2020 a las 13:28:06

      Gracias, Miguel, por tu presentación.
      Más allá de los resultados que la educación en filosofía comprometen al docente especializado, mi pregunta es cómo valoras extender el marco de análisis a territorios que superen las fronteras geográficas y culturales eurocéntricas. Alargaría la cuestión a tradiciones no eurocéntricas.
      Gracias

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        Miguel Mandujano Estrada

        Comentó el 11/12/2020 a las 10:38:43

        Hola Gabriel, gracias por la pregunta.
        En mi comunicación me sitúo en un modelo de universidad eurocéntrico por una razón de situación. Parto de mi propia realidad. Podría hacer la comparación con otros paradigmas educativos, sin duda, aunque en ese caso los puntos de contacto serían más latos. Ahora bien, comparto la necesidad de romper con el eurocentrismo, en su sentido más básico, tanto en la universidad como curricularmente. Descolonizar la filosofía y la universidad, que diríamos. De hecho, en cierto sentido, la inclusión de actividades prácticas en la enseñanza de la filosofía ya es un modo de crítica ante la centralidad de la clase magistral, aunque desde luego hay mucho más que hacer.
        Saludos,

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      jose carlos ruiz sanchez

      Comentó el 10/12/2020 a las 08:49:37

      MIguel, gracias por tu exposición, no conocía los casos que comentas y me parecen de tremendo interés. Comentas que en la vida real, los programas se basan en los contenidos a pesar de que, los mismos programas, pivotan en torno a las competencias, ¿a qué crees que se debe?

      Con respecto a aprender a filosofar creo que es la base en la que debería sostenerse la construcción de la identidad pero me gustaría saber si "aprender a filosofar" lo sitúas al mismo nivel que "enseñar a filosofar" teniendo en cuenta que APRENDER a filosofar es un tema individual (dentro del contexto y circunstancias de cada uno) y enseñar es un tema plural. EL caso práctico que presentas me resulta muy interesante. Gracias

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        Miguel Mandujano Estrada

        Comentó el 10/12/2020 a las 11:03:35

        Gracias por las preguntas.
        Estoy de acuerdo contigo en distinguir entre "aprender" y "enseñar", aunque de acuerdo con tu diferenciación y la "construcción de la identidad", los límites entre una y otra son bastante dinámicos. Ambas son actividades, es decir "haceres" y ni uno ni otro son estadios acabados: el enseñante también aprende a filosofar (o "sigue aprendiendo" por lo menos) sobre las premisas de su propia experiencia, lo que implica que el "aprendiente" también puede enseñarle. Todo esto independientemente de las diferencias prácticas, desde luego.
        Tampoco los límites entre "individual" y "grupal" son definitorios, ambos se dan en dependencia mutua y en lo personal creo que es precisamente esa relación la que permite todo el proceso (nadie enseña ni aprende solo). La idea de comunidad de indagación o comunidad de investigación (Peirce, Dewey, Lipman) me parece muy interesante en este sentido y estoy convencido que aún puede dar mucho de sí, por ejemplo, transformando los intercambios eruditos tan comunes en la universidad, por intercambios experienciales, incluso dentro de un marco académico.
        Sobre lo primero creo que priva la incapacidad técnica y la falta de flexibilidad personal, aunque también hay una causa más estructural, por ejemplo, por la incongruencia entre las competencias sobre las que se centran los programas de estudio y los criterios de evaluación profesional. En secundaria es más evidente (comparando los currículos con las pruebas de acceso a la universidad) pero en la universidad también es posible preguntarse, por ejemplo, la distancia entre las competencias 'de salida' de los egresados y los criterios de las agencias de evaluación para acreditar la trayectoria académica.

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      Javier Romero

      Comentó el 08/12/2020 a las 16:36:00

      Gracias por la presentación Miguel,
      conocía algunos casos como el Five College o el Wonder Lab. De este último la consideración del “asombro” es fundamental como dices. En un mundo cada vez más digitalizado, ¿ve factible el papel de la educación al aire libre en la línea del bosqueescuela de P. Bruchner? Ante los problemas del futuro, ecológicos y sociales, ¿necesitaran otro tipo de educación las nuevas generaciones, no únicamente mediada por una pantalla? Un saludo.

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        Miguel Mandujano Estrada

        Comentó el 10/12/2020 a las 15:41:16

        Hola Javier,
        El caso de las bosque escuela o de las escuelas al aire libre es tremendamente esperanzador. Creo que la sola consideración de tal posibilidad es algo que tenemos que plantearnos muy seriamente como sociedad. Ahora bien, aunque el asombro pueda favorecerse en un entorno así, creo que es más importante el "ambiente" que se crea, es decir, la "situación de aprendizaje" como ahora se suele decir, como el "entorno" en el que situar el estupor. En este sentido, aún las pantallas pueden ser herramientas útiles cuando lo que tenemos son pantallas. Pienso en situaciones urbanas donde el bosque (o la naturaleza en general) está, literalmente, fuera de las posibilidades y donde, sin embargo, existe una educación ecológica (enfocada en el propio entorno).
        Un mundo de bosque escuelas es muy apetecible, pero antes de que sea posible es necesario responder a las situaciones en su contexto, un poco como decir que hay alternativas pero también muchas dificultades, lo que Boaventura de Sousa Santos llama "optimismo trágico".
        Saludos,

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