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Entre el plagiarismo y la posverdad.

Resumen

El avance de la tecnología ha producido una aceleración sin precedentes en la producción e innovación cultural; por lo que en la práctica las creaciones que siempre han sido deudoras de las preexistentes en tanto que crear es copiar con una mirada propia; quizás lo sean más que nunca. Esta realidad es opuesta a las leyes de propiedad intelectual, cada vez  más coercitivas hasta el punto de cuestionar el modo implícito en la creación. Es por ello que movimientos como el plagiarismo o el apropiacionismo se han convertido en rasgos inherentes de la posmodernidad, al encarnar las fricciones entre la creación y la propiedad intelectual hoy por hoy presentes en cualquier ámbito creativo.

La finalidad de este texto es la de reflexionar sobre nuestra realidad creativa a través de la exposición de la Biennale de Venezia de 2017 de Damian Hirst,  ya que ésta se basa en la creación de realidades alternativas a partir de obras originales, representando  la forma de crear de la actualidad, encarnando las problemáticas jurídicas derivadas de la práctica, adoptando los discursos de nuestra época,  materializando en definitiva  el arte de la posmodernidad, este es, el arte de la posverdad.

Seguramente no se trate de seguir modificando la Ley de Propiedad Intelectual haciéndola más restrictiva en cuanto al acceso no equitativo a los ingentes materiales protegidos por derechos de autor; sino de proteger con menos vehemencia los símbolos que configuran las distintas identidades culturales. Damian Hirst, por ejemplo, tiene derecho a hacer uso de los iconos, de los referentes que nos rodean pero también puede suplantar los tesoros de una civilización, copiar el modo de hacer de otros, apropiarse de los símbolos e incluso reinventar la historia. El mismo confiesa que carece de ideas pero este  reputado cleptómano puede construir el relato propio de su tiempo, el de la posverdad, recontextualizando los signos y emblemas de la cultura, evidenciando que vivimos en un mundo sometido a su representación, la cual no interesa despertar de ese placentero sopor al que llamamos entretenimiento.

 

 

Palabras clave

Arte contemporáneo Derecho de autor eventos culturales identidad cultural

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Hay 10 comentarios en esta ponencia

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      Alberto Nicolau

      Comentó el 12/12/2020 a las 20:22:10

      Hola Elba, muchas gracias por una presentación tan sugerente.

      Imagino que el arte siempre ha tratado con la mentira de una forma u otra. El arte ha representado desde su origen a seres idealizados o mitológicos que se han presentado como reales con fines políticos y religiosos. ¿Por qué se considera entonces que la posverdad es una característica contemporánea? Por otra parte ¿en qué se diferencia la actitud de Damien Hirst respecto a la apropiación de la de Duchamp?

      Muchas gracias otra vez

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        elba lopez

        Comentó el 14/12/2020 a las 23:12:53

        Hola Alberto

        Ante todo, gracias por tu intervención.

        Efectivamente, las técnicas para mentir y controlar las opiniones se han utilizado desde los orígenes de la civilización, incluído en el arte, no sólo por su función propagandística sino porque el arte en si mismo, es una simulación. Sin embargo, estas técnicas se han perfeccionado en la posmodernidad, donde hemos aprendido que la mentira si tiene un alto porcentaje de verdad resulta más creíble. Y a pesar de que hoy en día todo es verificable, la tecnología nos permite manipular cualquier documento, cualquier imagen, llegando a la paradójica situación de que ya no nos creemos nada pero somos capaces de creernos cualquier cosa. Aunque resulte muy peligroso pensar que una falsedad es una verdad desde otro punto de vista y que cada persona tiene su verdad, su justicia, su razón sin que estas categorías existan objetivamente.

        La posverdad se nutre de la fragmentación de los contenidos, de las imágenes descontextualizadas, la yuxtaposición que hace deducir una vinculación. En realidad no hace falta usar datos falsos, es suficiente con sugerirlos y esto está muy bien materializado en la ficción de Hirst: para que sea verdad, sólo es necesario que tenga apariencia de verdad.

        Personalmente entiendo la ficción de Duchamp de forma diferente. Creo entender que usted lo relaciona con la posverdad porque Duchamp fue una de las primeras personas en afirmar que la creación artística es más el resultado de la voluntad que del talento, con su urinario que no era ni original, ni único; así como la copia de la Mona Lisa.

        Y es verdad que las prácticas artísticas de la posverdad aspiran no a crear, sino a adoptar, a asignar sentido a las obras ya existentes; en este sentido tienen algo en común con la obra Dadá. La diferencia para mi estriba en que Duchamp, con sus apropiaciones evidenciaba (revelaba) el simulacro del propio contexto artístico; frente a la práctica artística de la posverdad, cuya apropiación se atreve a reinventar la historia, impidiendo así toda nueva conquista en el campo de la realidad.

        Es la manera en que yo comprendo el momento que atravesamos, aunque ya se sabe que en arte se necesita distancia para saber realmente qué ha ocurrido.

        Cualquier cosa a su disposición. Atentamente, Elba

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      Francisco Javier Valseca Delgado

      Comentó el 11/12/2020 a las 10:58:51

      Buenos días Elba.

      Gracias y enhorabuena por su propuesta. Después de ver su presentación, no pude dejar de reflexionar acerca de su afirmación “no creamos de la nada” entendiendo en este sentido que las distintas corrientes artísticas han sido, son y serán “hijas de su tiempo”, llegando a pensar que, sin la existencia de ciertas corrientes de pensamiento y acción en múltiples disciplinas científicas y en el ámbito de la creación artística en particular, no hubiera sido posible el surgimiento de las subsiguientes tendencias de pensamiento y posicionamientos ideológicos.

      Partiendo de ese punto de partida ¿De qué argumentos disponemos o cómo podríamos refutar las tesis de Walter Benjamin cuando afirmaba en su obra “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” que "la reproducción de una obra de arte implica ineludiblemente la pérdida de su obra más primitiva"?

      Muchas gracias de antemano.

      Un saludo.

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        Francisco Javier Valseca Delgado

        Comentó el 11/12/2020 a las 11:01:15

        "La reproducción de una obra de arte implica la pérdida de su aura (no obra) más primitiva". Disculpe por el error. Gracias de nuevo por su propuesta.

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        elba lopez

        Comentó el 11/12/2020 a las 23:25:56

        Buenas noches Jose Javier,

        Ante todo muchas gracias por su aportación. Respondiendo a su pregunta, desde mi punto de vista lo que Walter Benjamin argumenta en su célebre obra es que la autenticidad es la que pierde su sentido a medida que nos acercamos a aquellos medios que son inherentemente múltiples. Lo cual es cierto, es decir, ante un número indeterminado de impresiones carece de sentido preguntarse cuál es la auténtica.

        Sin embargo, la realidad es que seguimos haciendo ediciones limitadas como las 300 lámparas de Giacometti o los «grabados originales». Nadie comprendió el poder de la lámina grabada como Warhol. La transición que propuso de las bellas artes al arte comercial fue un proceso impoluto que cambió nuestra percepción sobre la pintura y el grabado, aunque seguimos pretendiendo apuntalar una cultura de lo original que en principio no tiene cabida en un escenario de medios reproductivos.

        En principio, porque cuanto más ha mejorado la tecnología, permitiéndonos hacer más rápidas y mejores reproducciones, más exaltamos la exclusividad. Entiendo que Benjamin no pudo vaticinar esto, pero el fué un visionario que intuyó el futuro mucho antes de que aconteciera.

        El aura de las obras de arte, desde mi punto de vista, no se ha perdido, ha mutado, porque es precisamente dentro de este mundo de las copias donde logramos nuestra experiencia en la originalidad, que surge como un deseo de ser diferente de los demás y acaba siendo, únicamente, el apoderarse de las raíces de las cosas.Por eso, entiendo yo que vivimos con la obsesión por la pureza y virginidad de las creaciones , convirtiendo la ética del plagio en un narcisismo de las pequeñas diferencias.

        No sè si he respondido a su planteamiento. Cualquier cosa quedo a su disposición.

        Reciba un cordial saludo, atentamente, Elba

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      elba lopez

      Comentó el 11/12/2020 a las 00:54:00

      Buenas noches Jose Maria,

      Ante todo muchas gracias por su sensible y lúcido comentario. Realmente yo no puedo sino concordar con usted. Desde mi punto de vista, una de las señales de la decadencia cultural es la reverencia por la forma frente al contenido. Cada vez más, vivimos en una cultura en la que estar conectado sustituye al vivir y para que las obras de arte puedan competir por nuestra muy dispersa atención tienen que ser muy grandes, muy caras y tiene que ser divertido comprarlas; siendo la compra no un medio para obtener un fin, sino el fin en sí mismo.
      Y así es el arte de nuestro momento histórico: el de lo prohibitivo, el del desfase entre lo auténtico y la imitación degradada, estandarizada y democratizada de los modelos . Y también, el de la complacencia e impasividad de los agentes .

      Disculpe, finalmente no desarrollé en la intervención oral el término plagiarismo, al considerar que restaría claridad a la intervención; pero si lo expondré en el escrito. Resumiendo, su precursor más conocido (aunque no el primero) fué Isodore Lucien Ducasse, conocido como el Conde de Lautréamont (que en realidad no era conde). A él le debemos la afirmación: «El plagio es necesario, el progreso lo implica» en su obra cumbre Cantos de Maldoror publicada originalmente en 1869 . Sus reflexiones, favorecidas por su aura maldita, cuajaron muy bien, incluso en críticos de la talla de Foucault y en aquellos subversivos que hicieron de su obra un rasgo constante del arte contemporáneo. Así el Conde, llegó a convertirse después de su prematura muerte en padre fundacional del surrealismo.
      Lo que postula el plagiarismo, en esencia, es la copia frente a los bloqueos legales que dan como resultado una cultura homogénea que acaban protegiendo y a la vez patrocinando exclusivamente a los que se someten a ella. Es decir, es más como un elemento de guerrilla que como instrumento alternativo de creación.

      Hoy en día las manifestaciones que se agrupan dentro de esta corriente son muy variadas . Personalmente hoy por hoy, yo no lo entiendo como el movimiento radical que originalmente fué; ya que la tecnología nos permite copiar en el disco duro sólo con apretar una tecla , cosa que hacemos constantemente, casi sin darnos cuenta. Por lo que honestamente, yo no siento en el S.XXI radicalidad alguna en tomar una idea y hacerla pasar por propia.

      Aún asi, para mi la contundencia del plagiarismo y del apropiacionismo ; nunca residió precisamente en el plagio o la falsificación, (aunque haya autores que al hacer esto se quieran amparar en estos movimientos) . Hay artistas como Elaine Sturtevant ,cuya producción es idéntica a la de otros coetáneos contemporáneos como Warhol; y su finalidad no es suplantar la identidad o copiar las ideas de estos artistas; sino poner en tela de juicio nuestras creencias sobre el valor simbólico de las obras: "¿no es también un Warhol una obra realizada por sus asistentes? ". Yo entiendo que es por esto y no por copiar las ideas de otros por lo que la Biennale de Venezia de 2011 le otorgó el León de Oro, primando, aquí si, el contenido sobre la forma.

      Cualquier cosa, a su disposición.

      Con agradecimiento, atentamente, Elba

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      Amparo Verdu-Vazquez

      Comentó el 10/12/2020 a las 22:18:17

      Me ha parecido muy interesante y adecuada esta ponencia debido a la epoca en la que vivimos. La epoca del corta-pega. Mi pregunta es si consideras que el tema del plagio va a ir a mejor debido a que cada vez hay mas herramientas de control o al contrario

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        elba lopez

        Comentó el 10/12/2020 a las 23:28:23

        Hola Amparo, muchas gracias por su comentario.

        Es verdad que la mayoría de las personas vemos en el plagio el crimen intelectual por excelencia. Pero el tema del plagio es tremendamente complejo; entre otras cosas porque la copia en el arte es, en sí misma, también lo es.
        Y es que hoy en día, en que la copia está tan estigmatizada, nos olvidamos que las culturas se basan en la transmisión de rituales y patrones de conducta que a base de copiar hacen nuestro el mundo conocido.

        Por otro lado, los derechos que la propiedad intelectual otorga a los autores (y que son realmente necesarios) están diseñados para proteger a los creadores, pero este cometido también se consigue limitando el alcance de los propios derechos, para garantizar que los creadores del futuro sean libres del control del pasado.
        Por eso hemos de ser muy cuidadosos con la legislación, ya que un foco demasiado obsesivo con la originalidad y la novedad pueden cercenar la propia inspiración artística.

        Espero haber respondido a su pregunta, cualquier cosa encantada de poder interaccionar.

        Reciba un cordial saludo, Elba

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      José María Menéndez Jambrina

      Comentó el 10/12/2020 a las 17:08:00

      Hola Elba, muy adecuada su ponencia para la era de la posverdad, de las falsedades y paparruchas.

      En relación a lo que Ud. llama plagiarismo, seguramente tenga que ver con la evidente crisis que padecemos en todos los ámbitos de la creación, también afectada con el hiperdesarrollo de las nuevas tecnologías, poniendo en circulación imágenes e información a la que de otro modo sería complejo acceder, pero en contrapartida es muy fácil de "copiar y pegar".

      Decidir qué es o no es arte, suele ser una decisión que toman aquellos llamados "comisarios" con cuyas decisiones podemos o no, estar de acuerdo, y que además también pueden equivocarse.

      También la huida y ausencia de auténticos mecenas de la escena artística, está provocando una devaluación en la calidad y cantidad de producción de arte, así como las sucesivas crisis que progresivamente reducen los presupuestos destinados a cultura.

      El problema del plagiarismo no radica en su facilidad, como aquellos estudiantes que en vez de hacer su trabajo se limitan a copiar y pegar, radica principalmente en aquellas personas o instituciones que lo dan por válido, y que casualmente suelen ser parásitos del arte, que no hacen ni producen pero viven de ello. Políticos y políticas delegan en éstos presupuestos y capacidad de decisión, como se rellena un formulario.
      Una vez delegado el poder de decisión en los comisaurios, éstos se corrompen en múltiples posiciones y formas, tratan de ser "originales" aún a costa de la nada expositiva.
      De igual manera que a la modernidad le siguió la posmodernidad, y la posverdad, me atrevería a decir que entramos en la era del copyarte, un sucedáneo.
      Citando a Rafael Marquina cuando le preguntaron su opinión acerca de las famosas vinagreras antigoteo que había diseñado y que tantos fabricantes habían plagiado, dijo: lo que más me molesta no es el plagio, es el proceso de degradación al que se somete la pieza original.

      Saludos.

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        elba lopez

        Comentó el 11/12/2020 a las 00:54:51

        Buenas noches Jose Maria,

        Ante todo muchas gracias por su sensible y lúcido comentario. Realmente yo no puedo sino concordar con usted. Desde mi punto de vista, una de las señales de la decadencia cultural es la reverencia por la forma frente al contenido. Cada vez más, vivimos en una cultura en la que estar conectado sustituye al vivir y para que las obras de arte puedan competir por nuestra muy dispersa atención tienen que ser muy grandes, muy caras y tiene que ser divertido comprarlas; siendo la compra no un medio para obtener un fin, sino el fin en sí mismo.
        Y así es el arte de nuestro momento histórico: el de lo prohibitivo, el del desfase entre lo auténtico y la imitación degradada, estandarizada y democratizada de los modelos . Y también, el de la complacencia e impasividad de los agentes .

        Disculpe, finalmente no desarrollé en la intervención oral el término plagiarismo, al considerar que restaría claridad a la intervención; pero si lo expondré en el escrito. Resumiendo, su precursor más conocido (aunque no el primero) fué Isodore Lucien Ducasse, conocido como el Conde de Lautréamont (que en realidad no era conde). A él le debemos la afirmación: «El plagio es necesario, el progreso lo implica» en su obra cumbre Cantos de Maldoror publicada originalmente en 1869 . Sus reflexiones, favorecidas por su aura maldita, cuajaron muy bien, incluso en críticos de la talla de Foucault y en aquellos subversivos que hicieron de su obra un rasgo constante del arte contemporáneo. Así el Conde, llegó a convertirse después de su prematura muerte en padre fundacional del surrealismo.
        Lo que postula el plagiarismo, en esencia, es la copia frente a los bloqueos legales que dan como resultado una cultura homogénea que acaban protegiendo y a la vez patrocinando exclusivamente a los que se someten a ella. Es decir, es más como un elemento de guerrilla que como instrumento alternativo de creación.

        Hoy en día las manifestaciones que se agrupan dentro de esta corriente son muy variadas . Personalmente hoy por hoy, yo no lo entiendo como el movimiento radical que originalmente fué; ya que la tecnología nos permite copiar en el disco duro sólo con apretar una tecla , cosa que hacemos constantemente, casi sin darnos cuenta. Por lo que honestamente, yo no siento en el S.XXI radicalidad alguna en tomar una idea y hacerla pasar por propia.

        Aún asi, para mi la contundencia del plagiarismo y del apropiacionismo ; nunca residió precisamente en el plagio o la falsificación, (aunque haya autores que al hacer esto se quieran amparar en estos movimientos) . Hay artistas como Elaine Sturtevant ,cuya producción es idéntica a la de otros coetáneos contemporáneos como Warhol; y su finalidad no es suplantar la identidad o copiar las ideas de estos artistas; sino poner en tela de juicio nuestras creencias sobre el valor simbólico de las obras: "¿no es también un Warhol una obra realizada por sus asistentes? ". Yo entiendo que es por esto y no por copiar las ideas de otros por lo que la Biennale de Venezia de 2011 le otorgó el León de Oro, primando, aquí si, el contenido sobre la forma.

        Cualquier cosa, a su disposición.

        Con agradecimiento, atentamente, Elba

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