Desde la aparición del SAR-CoV-2 en diciembre de 2019, más de 58 millones de personas han sido contagiadas en todo el mundo y las muertes rondan en 1.300.000 en todo el planeta. Casos inexplicables de neumonía desde Wuhan (China), alertaban a la Comunidad Internacional, en diciembre de 2019 de un virus infeccioso con grandes efectos sobre el ser humano. Exactamente estos casos consistían en una neumonía bilateral, de características atípicas con una acentuada respuesta inflamatoria y una evolución negativa (Carabaño, 2020). Poco tiempo después se descubrió un nuevo agente casual llamado SAR-CoV-2. Se desconoce exactamente de donde provine esta infección, se especula que la hipótesis principal es zoonosis, con las raíces del descubrimiento en el mercado de animales vivos en Wuhan. Desde este momento la propagación ha tenido un carácter mundial, obligando a la Organización Mundial de la Salud, el 11 de marzo de 2020 a decretar esta enfermedad como pandemia y a tomar las medidas oportunas por nación para evitar contagios.
La enfermedad que deriva del virus SAR- CoV-2 es comúnmente conocida como Covid-19 y pueden verse afectados individuos de cualquier edad, apreciando un ligero predominio en el género masculino. Los factores de riesgo predominantes son: edad avanzada, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. El principal reto que tiene los servicios de salud pública es contener la capacidad de propagación del virus, esto ha hecho que varios servicios de urgencias internacionales hayan tenido que funcionar al límite de su capacidad, causando un gran estrés en la gestión de los hospitales. La Atención Primaria ha jugado un gran papel, en el acompañamiento después de las altas hospitalarias y la contención de los pacientes. La principal sintomatología en los contagios es: tos, fiebre, dificultad respiratoria, neumonía, dolor de cabeza, hemoptisis, astenia, astromialgias, cefaleas y síntomas digestivos (Rothan y Byrareddy, 2020).
La paralización y el colapso de los distintos sectores económicos y sociales, incluyendo la salud, la educación y el ocio debido a la pandemia, obligan a la Comunidad Educativa a actualizar su contenido, adaptándose a la nueva realidad. La Educación Física, no queda exenta de este cambio. En este trabajo, tenemos por objetivo realizar un planteamiento de la Educación Física Dialógica para afrontar las distintas circunstancias generadas por las medidas excepcionales del covid-19. De modo que, la asignatura pueda ayudar con la concienciación del alumnado, posibilitando la creación de hábitos higiénicos basados en las medidas recomendadas desde la Organización Mundial de la Salud
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Mª Dolores Aviles Gomez
Comentó el 11/12/2020 a las 15:02:55
Buenas tardes, creo que este tipo de estudios son necesarios para tranquilizar a la población y ayudar a normalizar las recomendaciones sanitarias en el día a día.
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Angela M. Núñez Jaldón
Comentó el 10/12/2020 a las 19:10:07
Buenas tardes, el tema de las mascarillas, los deshechables... es algo que al final todos vamos normalizando, los niños más rápido que muchos mayores.... Pero con respecto a los balones que tocan con las manos ¿no cree que son un vehiculo de transmisión?
Muchas gracias
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Michelle Matos Duarte
Comentó el 10/12/2020 a las 20:40:38
Gracias por tu pregunta Angela. Efectivamente se especula bastante con el tema de materiales, objetos, productos, alimentos, etc. como vehículo de transmisión. Nosotros apostamos por establecer la higiene previa a la clase del lavado de manos y posterior desinfección de los balones con alcohol en spray. El breve tiempo que el propio alumnado dedica para la limpieza también sirve de aprendizaje en valores y concienciación de las circunstancias.
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