Internet y las redes sociales digitales, así como los dispositivos electrónicos a través de los que se accede a estos medios, son parte de la vida cotidiana de los menores españoles (Garmendia et al., 2018). La investigación parece estar de acuerdo en que las oportunidades y los riesgos del mundo online durante las etapas de la infancia y la adolescencia van de la mano (Livingstone et al., 2011; Ólafsson, 2014; etc.). Esto plantea grandes retos tanto a los menores como a sus progenitores y a los profesionales que velan por su seguridad y bienestar. Entre ellos figura la gestión de la dimensión erótica y/o hedónica que se desarrolla a través de estos medios digitales. De hecho, más de la mitad de las madres y padres dicen preocuparse por los consumos y prácticas relacionadas con esta dimensión que sus hijos puedan estar desarrollando en la red. Esta preocupación, que crece cuando los menores entran en la adolescencia, depende de factores como el nivel de estudios de los progenitores (Jiménez-Iglesias; Gemma Martínez-Fernández; Maialen Garmendia- Larrañaga, 2020). Con el objetivo principal de conocer la frecuencia del consumo valorado por los menores como «sexual» y su vivencia del mismo, esta comunicación presenta parte de los resultados más relevantes en relación a la dimensión erótica y/o hedónica de una encuesta realizada a finales de 2018 a 2.900 menores españoles usuarios de Internet de entre 9 y 17 años. Los resultados revelan que, ya sea de forma intencional o no, más de dos quintas partes de los menores consumen contenido que perciben como «sexual». Dentro de quienes los consumen, es especialmente destacable que cerca dos quintas partes aseguran experimentar sentimientos positivos ante el visionado de estos contenidos, frente a un tercio que dice resultarles indiferente y un cuarto que comenta sentir molestia. Este consumo aumenta conforme a la edad, que correlaciona de manera directa con la vivencia positiva. Por sexos, tanto el consumo como la vivencia positiva es significativamente más frecuente en ellos que en ellas. En cuanto a prácticas específicas como el sexting, contrasta la escasa cantidad de mensajes con contenido erótico y/o hedónico que envían los menores (6,6%) con la amplia recepción de los mismos (78%). Cabe mencionar que ellos tienden a enviar y solicitar más este tipo de mensajes, mientras ellas son quienes los reciben con mayor frecuencia. Estos datos sugieren que el consumo online de contenido erótico y/o hedónico entre los menores es una realidad que no viven per sé como negativa. Asimismo, se puede observar que se mantienen las diferencias tradicionales en función del sexo. Aun así, llama la atención que ellos no solo sean los que más contenido erótico y/o hedónico consumen y demandan, sino que también los que más dicen compartirlo. En general, estos resultados ofrecen una fotografía de la exposición de los menores al contenido sexual online.
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Ana Vicens Poveda
Comentó el 10/12/2020 a las 19:35:20
Buenas tardes Rubén, muchas gracias por tu ponencia. Muy interesante.
Tenía una duda con respecto a la clasificación del contenido. Dentro de los mensajes y el contenido sexual online recogidos en esta encuesta ¿Se refieren a aquellos dirigidos a menores o a contenido adulto que el menor consigue de manera ilegal? Me parece interesante definir el tipo de contenido en cuanto al público al que se dirige ¿Crees que un niño o niña puede sentirse afectado o ver la sexualidad de una forma irreal ante un contenido sexual producido para adultos?
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Rubén Olveira Araujo
Comentó el 11/12/2020 a las 14:17:16
Buenas, Ana.
Gracias por tus preguntas.
Los datos de la encuesta no distinguen entre si dicho material está dirigido o no a menores; simplemente señalan cuánto consumen.
En cuanto a sentirse o no afectado por "ver la sexualidad de una forma irreal", claro que pueden verse afectados, porque como comentaba es un riesgo que, mal gestionado, puede convertirse en un daño. Aun así, estoy convencido de que ello depende en gran medida de la educación sexual -tanto formal como no formal- que haya recibido. Por ejemplo, si de forma previa a dicho consumo se ha trabajado en diferenciar e identificar que hay contenidos hedónicos que no son más que ficción y fantasía erótica, se estaría minimizando que afectaran de forma negativa y potenciando que se vivieran de una forma neutra, con indiferencia a ciertas edades, o positiva, en el caso de que hallaran placer en ello a otras. Pero eso sí, siempre con herramientas para identificar lo que es real de lo que no, para distinguir qué actitudes no son apropiadas fuera del terreno de la fantasía, para que sepan que la erótica es mucho más rica de lo que se tiende a mostrar en estos contenidos o para que aprendan establecer límites que en estos contenidos no tienden a explicitarse, entre otras muchas cuestiones.
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José Vázquez González
Comentó el 10/12/2020 a las 14:08:25
Buenas tardes Rubén, antes de anda me gustaría felicitaros por vuestro trabajo, y en especial a ti por la exposición. Creo que el trabajo muestra una fotografía que, pese a poderla intuir, no deja sino de sorprendernos.
Mi pregunta está orientada a la diferencia recogida en función del género. Personalmente, ¿cuál consideras que es el motivo o los motivos para que exista dicha diferencia? ¿Tal vez, la representación de las mujeres en el contenido hedónico?
Y por otro lado, ¿consideras que el acceso a este contenido a edades tempranas podría disminuir con la implementación de una educación afectivo-sexual eficaz en las aulas?
Muchas gracias. Un afectuoso saludo.
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Rubén Olveira Araujo
Comentó el 10/12/2020 a las 18:37:07
Buenas
Muchas gracias por tus preguntas
En lo que se refiere a las diferencias por sexos respecto al consumo, habría muchos motivos. Uno de ellos por supuesto que es la caracterización de la mujer en estos contenidos, con la que la mayoría no se sienten representadas. Otra es la carga cultural que arrastran, dado que el placer hedónico está mal vista en ellas, pero no en ellos. Esto puede llegar a generar ese sentimiento de culpabilidad que limita su dimensión erótica y, por consiguiente, también el consumo de estos contenidos hedónicos. Aun así, tampoco se pueden obviar otras diferencias sexuales, siempre entendidas desde la teoría de la intersexualidad. Por ejemplo, que el material visual –que es el que tiende a consumirse en internet- tiende a excitar más a ellos que a ellas. También que la erótica masculina suele ser mucho más instrumental, finalista y deseante, mientras que la femenina es más relacional y deseable, lo que implica que en general tenderán a consumir menos este tipo de contenidos y más aun cuando no haya una historia detrás (de ahí que, cuando consumen, se decanten por contenido televisivo, donde se presume una narrativa más desarrollada). Esta pregunta y su consiguiente respuesta, bien desarrollada, daría al menos para una ponencia en sí misma.
En cuanto al consumo, no tengo datos, pero tengo la impresión de que apenas disminuirá aunque se haga educación sexual formal. Las prácticas en el mundo analógico, en cambio, sí que tienden a disminuir a ciertas edades cuando hay educación sexual formal de por medio e insisto en formal, porque educación sexual hacemos todo el rato. Aun así, me gustaría dejar claro que el contenido hedónico no es dañino, tal y como comentaba en la comunicación, sino un riesgo –pero también una oportunidad-. Y precisamente ese riesgo se convierte en daño cuando se no se entiende ese contenido o se malinterpreta. Básicamente, cuando no ha habido una educación sexual satisfactoria. Por tanto, la educación sexual sirve para evitar que ese riesgo se convierta en daño y, sobre todo, para reconvertir ese riesgo en una oportunidad dando herramientas para diferenciar ficción de realidad, descubrir los deseos de cada uno y las emociones que nos generan, etc.
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Janneth Arley Palacios-Chavarro
Comentó el 10/12/2020 a las 05:38:22
Hola Ruben. Me ha gustado el panorama que presentas. No obstante, quisiera conocer cuáles son los referentes teóricos de tu estudio. Por ejemplo, la teoría de usos y gratificaciones plantea elementos de análisis en esa línea.. me gustaría saber si tuviste en cuenta categorías de ese nivel (necesidad o gratificaciones). Muchas gracias. Janneth
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Rubén Olveira Araujo
Comentó el 11/12/2020 a las 13:57:55
Buenas, Janneth.
Gracias por tu pregunta.
Los datos de esta comunicación están sacados de una encuesta que hizo el grupo EU Kids Spain en 2018. En ese momento, no se contemplaron las categorías que mencionas.
Aun así, de cara a este estudio, que todavía está en proceso, nos estamos planteando recurrir a diferentes marcos explicativos y entre ellos, como comentas, a la teoría de usos y gratificaciones. Pese a ello, todavía no es algo que esté cerrado.
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