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Cultura e imaginación: el barroco americano

Son varios los aspectos que definen al barroco americano. Comúnmente se le entiende como la forma contracultural que tuvo lugar como respuesta ante el despojo y la destrucción de que fueron objeto las culturas prehispánicas. El barroco vendrá a ser la contracultura, el sincretismo, la mezcla de la fe indígena y la cristiana. Enmascaramiento y protección de la fe y las creencias religiosas. Una manera de expresar nuestras dudas y ambigüedades. Pero también, el barroco es entendido como un arte de la abundancia, basado en la necesidad y el deseo, en la ocupación del espacio vacío. Arte de desplazamientos que corresponde a una identidad mutante. El espacio que ocupe quedará definido entre el ideal renacentista europeo y la realidad terrible de la destrucción cultural de los pueblos prehispánicos.

Por un lado, el barroco fue, para el escritor cubano José Lezama Lima, la forma por excelencia del arte mestizo en la América hispana. Fue la era imaginaria que siguió a la del cosmos indígena, destruido y soterrado; respuesta formal de la naciente cultura hispanoamericana al vacío creado por la derrota de la utopía y la épica de la conquista. Vacío, sostiene Carlos Fuentes, entre el deber ser y el querer ser, entre el deseo y la voluntad. De ahí que el barroco haya sido entendido como el elemento central de la contraconquista cultural y de afirmación de la nueva identidad. Para Lezama, la identidad cultural de Hispanoamérica sólo podía ser formulada en una concatenación de mitos indígenas y europeos. El escritor cubano vio en el barroco un arte de la continuidad entre el pasado indígena y la utopía, esa promesa contradictoria de futuro traída por los conquistadores españoles a América. La referencia a este escritor resulta imprescindible por ser él mismo un claro ejemplo de lo que queremos mostrar. Al menos, su obra ha sido un conocimiento de la nueva identidad cultural para Hispanoamérica, un requisito de madurez para alcanzar la emancipación cultural.

Por el otro lado, y valiéndose de caracterizaciones de Umberto Eco, el escritor mexicano Carlos Fuentes señaló que el barroco es una forma dinámica que barrunta jerarquías privilegiadas; negación de lo definido, de lo estático. Objeto en transformación perpetua que no es tan sólo algo bello que cualquiera puede contemplar, al lado de otros objetos bellos, sino «un misterio que hay que descubrir». Arte inacabado, difícil, arte de la inestabilidad, fugacidad, y corporeidades: movimiento y encarnación,  pluralidad y desorden, cambio y encuentro.  El propósito de esta ponencia es poner en evidencia las tres dimensiones del barroco (“pobreza que dilata los placeres de la inteligencia”), de acuerdo con Lezama Lima: 1) tensión entre la unidad, el orden y la exhuberancia, lo desmesurado; 2) el plutonismo; 3) pero asimismo su entendimiento como un “fuego originario que recoge los fragmentos y los unifica”, un estilo “plenario”, tanto en España como en la América española, como lo entendió Fuentes.

Palabras clave

arte prehispánico Barroco Carlos Fuentes imaginación José Lezama Lima plutonismo

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Hay 8 comentarios en esta ponencia

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      Myriam Jiménez Quenguan

      Comentó el 11/12/2020 a las 21:58:28

      Terra Nostra es efectivamente un gran ejemplo de Barroco que cuestiona el pensamiento colonial y da cuenta de la abundancia, el detalle, el asombro por el nuevo mundo, y como bien lo señala su conferencia, también incluye a “los que nada tienen”; en este sentido, es un ejemplo de contracultura, de crítica a todos los colonialismos. La lengua misma trae la herencia colonial. Fuentes propone una excepcional odisea del tiempo, el lector recorre el viejo mundo, el nuevo mundo, se encuentra y se desencuentra, los otros mundos aparecen como posibilidad de lo que podemos inventar.
      Sobre el barroco, y su “resurrección” en América Latina, recordemos que Carpentier lo interpreta como lo real maravilloso, categoría que según Todorov, define a la literatura fantástica. Sin embargo, su dimensión también revela la compleja pluralidad humana y el particular mestizaje que en la actualidad viven todas las culturas, mestizaje que como sabemos no siempre fue valorado. ¿Considera que en la América Latina de hoy es posible y necesario hablar y recrear un neobarroco? ¿Qué implicaciones deja el barroco para la identidad latinoamericana? ¿El barroco revela la crisis del mundo moderno? ¿Cuál sería su relación con la postmodernidad? Más si se tiene en cuenta a J. F. Lyotard, que también alude a la inestabilidad de la cultura. ¿Es preferible buscar una unidad estética?
      La modernidad ha traído guerras, burguesía, decadencia de valores.... La utopía de nuevo mundo como lo sugiere Fuentes quizá consista en atrevernos cambiar la mirada colonial y comenzar a reconocer la dimensión y la voz de las estéticas populares, y a interrogar en de imágenes construidas por los diferentes poderes.

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      Lucia Ballesteros-Aguayo

      Comentó el 11/12/2020 a las 14:43:52

      Estimado Roberto Sanchez Benitez,
      Gracias por su aportación sin duda interesante.
      No sé si podríamos establecer cierta identificación entre ese "horror vacui​" que promulga el Barroco y la situación actual de "lo visual" en RRSS y plataformas digitales. Cree que puede existir cierto "miedo" al espacio vacio.
      Saludos

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      Jorge Martín García

      Comentó el 11/12/2020 a las 08:45:46

      Un saludo, Roberto. ¿Qué opina de la revitalización del Barroco por parte de destacados autores hispanoamericanos postmodernos, como Néstor Perlongher o Pedro Lemebel?
      Por otra parte, en cuanto a la llamada "visión de los vencidos", también hay que tener en cuenta las aportaciones más recientes que estudian la construcción retórica de la realidad en las llamadas crónicas de Indias y la adscripción de estas a un imaginario escatológico de raigambre medieval. Por ejemplo, la creación del mito del conquistador-dios por parte de los mismos españoles. También la descripción de la caída de Tenochtitlan asimilándola no solo a la caída de Jerusalén en los textos de Flavio Josefo, sino a textos medievales sobre las cruzadas e, incluso, ficciones de tipo caballeresco. Las mismas descripciones de los "barbados" y sus "casas flotantes" proceden de tradiciones literarias clásicas y del medievo. Autores como Alfonso Mendiola o Jaime Humberto Borja han desarrollado este asunto. Lo más interesante, tal como comenta en su detallada comunicación es esa integración de toda clase de tradiciones culturales que enriqueció el Barroco.
      Enhorabuena por su ponencia y un saludo cordial.

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      Álvaro Rosa Rivero

      Comentó el 10/12/2020 a las 10:55:08

      Estimado Roberto:
      Me han parecido muy interesante sus aportes y visión del Barroco en Hispanoamérica. Desconocía por completo la visión del Barroco del escritor cubano Lezama Lima, pese a que mis investigaciones tienen el foco en el teatro Barroco del Siglo de Oro español. Le querría hacer dos pregunta, y agradezco de antemano, su tiempo en contestarme.
      1. ¿A qué se refiere cuando sostiene en su comunicación que Lezama Lima ve el Barroco americano como "derrota de la utopía y épica de la conquista"?
      2. Por último, ¿me podría facilitar, si no es ninguna molestia, alguna referencia bibliográfica que trate sobre lo que le he preguntado? Me parece muy interesante este aspecto para conectarlo con mis investigaciones.
      Gracias, de antemano, por su intervención.
      Un saludo muy cordial,

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        Roberto Sanchez Benitez

        Comentó el 10/12/2020 a las 17:39:51

        Estimado Alvaro, muchas gracias por el interés en la ponencia. Es un gusto saber que podemos tener interlocutores por asuntos que el tiempo pareciera haber olvidado. Paso a sus preguntas.
        1. Me parece que no sólo debemos hablar de la utopía, épica, sino de la tragedia en el evento de la conquista y colonización de las Américas, así como en la construcción posterior de la cultura novohispana y el barroco, como es nuestro caso. El sentido de lo épico viene dado por la gesta de la conquista en sí misma. Desde el punto de vista de la estrategia militar, Cortés fue algo extraordinario; desde el punto de vista de los conquistados, una tragedia, en efecto, sobre todo por el sentido premonitorio que tuvo en sus creencias (pensaban que se trataba del regreso de Quetzalcoatl), lo que vuelve más dramático el evento porque están ante un invasor que consideran "semidiós", es decir, están derrotados de antemano (esta idea del "otro" que tendrá consecuencias trágicas).
        Por otro lado, como sabemos, hubo varios intentos por establecer la utopía en América. Por ahí nos referimos al intento maravilloso de los jesuitas en Paraguay, y claro, a su expulsión, en 1767, entre otras cosas precisamente porque proponían un modelo económico diferente al "saqueo" o "explotación" de las riquezas. Vasco de Quiroga es otra figura importantísima, acabó aprendiendo leyes para defender a los indígenas. Entonces, épica por el evento de la guerra que tuvo lugar; tragedia por la forma en la que el destino se presentó en los pueblos colonizados, y utopía por eso que Europa no supo capitalizar desde un punto de vista humanista. Montaigne o Voltaire tuvieron intuiciones brillantes sobre lo que pudo ser esa América entre los siglos XVI y XVIII.
        2. Libros:
        a) Uno muy bueno es el de ensayos de Carlos Fuentes_ _Valiente mundo nuevo: Epica, utopía, y mito en la novela hispanoamericana_. En efecto, Fuentes parece haber leído mucho a Lezama en este tema, son casi literales las expresiones que usa de él. Otro excelente de Fuentes: _El espejo enterrado_, magnífico recuento histórico de las raíces culturales hispanoamericanas. Por lo demás, su portentosa novela _Terra Nostra_ es, no sólo para dejar sin aliento, sino que es de lo más extraordinario que se ha escrito desde un ángulo literario sobre la "odisea" americana. En este mismo simposio hay una ponencia sobre dicha novela, leída en clave de género.
        b) Claro, de José Lezama Lima, _La expresión americana_, todo un clásico en el tema.
        c) Sobre lo trágico también, Miguel León Portilla, _La visión de los vencidos_ Recuperación de las premoniciones de los indígenas sobre la llegada de los españoles.
        d) El mejor relato de la conquista: Bernal Díaz del Castillo_ Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España_ Descripciones inolvidables, escritas por el fundador de la literatura en América.
        e) Y claro, finalmente, Octavio Paz, _El laberinto de la soledad_.
        f) Bueno, una pelicula inolvidable: _La misión_, con Robert de Niro y la música entrañable de Ennio Morricone,
        Pues es algo de los que podría recomendarle en un primer momento.
        Le agradezco, nuevamente la atención a la ponencia y me dice si fueron útiles las recomendaciones. Un cordial saludo.

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      Rosario Pérez Cabaña

      Comentó el 08/12/2020 a las 15:59:27

      Un saludo, Roberto. Me resultan realmente muy interesantes las líneas acerca de su ponencia y la revisión de algunas teorías sobre el carácter del Barroco americano basadas en el sincretismo y los procesos de integración o transculturación que dieron lugar a ese arte "mestizo" e imaginativo. Es frecuente la comparativa entre el Barroco americano y el español, y en muchas ocasiones la explicación radica en que aquel se sustenta en la integración y este en la confrontación; aunque hay voces que proclaman que América siempre fue barroca, incluso antes del Barroco, como expresó Alejo Carpentier. Me interesa especialmente la visión de Lezama Lima, quien con su lectura plantea ─según creo entender─ que el Barroco europeo, a diferencia del español y el americano se articula a partir de la "acumulación" que no enfrenta elementos contrapuestos y que carece de "plutonismo", entendido ─si no me equivoco─ como la capacidad creadora a partir de dichos elementos opuestos; algo que sí poseen el americano y el español. Mi pregunta es: ¿cree usted que con esta lectura se podrían estar equiparando en cierta medida el Barroco americano y el español en virtud de ciertas concordancias de asimilación de influencias en cada uno de los espacios? Sí así fuera, ¿cuáles son los elementos definitorios que podríamos considerar análogos?
      Muchísimas gracias, de antemano, por su tiempo.

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        Roberto Sanchez Benitez

        Comentó el 10/12/2020 a las 19:52:40

        Muchas gracias Rosario, por su atención, y su comentario es muy interesante, por supuesto. y la pregunta muy delicada y a la que habría que prestar un cuidado especial. Fuera de lo que caracteriza a lo religioso, que es un ámbito en común, tendríamos que referirnos a algunos casos en particular, qué tal Sor Juana, por un lado, y Quevedo o Góngora, por el otro? No podríamos entrar en detalles ahora, pero si entender los esfuerzos que el barroco hizo para la llegada de la modernidad; los elementos racionales combinados con los sensoriales, emocionales y espirituales, más marcada esta contraposición para el caso español. En ambos casos, la duda, el escepticismo, el rescate esencial de una cotidianidad que va dando cuerpo igualmente a la vida fuera de la esfera religiosa, pero con los temores de una sociedad que todavía no alcanza a dilucidar sus próximos horizontes. Pero esto, en ambos casos del barroco, no dio pie a una Ilustración, pero sí en cambio a un movimiento como el romanticismo, el cual habrá de extremar los elementos integrados por aquél, a la vez que definir el proyecto, por ejemplo, de las identidades nacionales.

        Como es común, es más fácil marcar las diferencias, una de las cuales es precisamente la presencia de esa "otredad" radical cultural, civilizatoria de los elementos que se "sincretizan" en el barroco americano, y de lo que habla de manera fundamental Todorov en su _La conquista de América. El problema del otro_ Existe un elemento trágico, heroico y utópico en el barroco americano, como he tenido la oportunidad de comentar en la respuesta anterior. El barroco americano es un momento histórico, cultural, civilizatorio dado entre estos elementos y no, como el europeo, definido en tradiciones más o menos reconocibles, no es cierto? y sin que implique el exterminio, para decirlo fuertemente, de 25 millones de pobladores originarios, algo que el mismo Todorov, no dejó de calificar como "genocidio". No se trata tan sólo de un movimiento artístico o cultural, sino de la tragedia de una cosmovisión y su pervivencia en elementos que siguen definiendo una unidad e identidad espiritual, como lo podemos ver estos días, cuando se venera a la virgen de Guadalupe, aunque en el fondo estemos hablando de la madre Tonantzin.
        Espero haber respondido un poco a su pregunta que me llevará por un camino necesario que no tenía contemplado. Gracias nuevamente. Un cordial saludo.

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